Guadalajara
La más mexicana de las ciudades

<STRONG>Guadalajara <BR></STRONG>La más mexicana de las ciudades

Guadalajara, Jalisco, México. Su manifestación de orgullo es inmensa. ¡Y con toda razón! Pues sus siete millones de habitantes son dueños de una gran riqueza repartida en todos los órdenes y heredada de las diferentes épocas de su  historia.

Su emblemática arquitectura  colonial,  artesanía, gastronomía, centros de diversión son la  exquisitez de su vasto  patrimonio, que  armonizan con la modernidad  agregada en la hotelería, plazas comerciales y restaurantes.

El mayor sentimiento de identidad de su gente es la autenticidad del tequila 100% de agave tequilana weber variedad azul, que se produce en sus tierras;  la natalidad del mariachis y  los charros, presentes siempre en todo departir social; que contagian al visitante con el sentir de sus tradicionales canciones interpretadas por generaciones.

En el  aeropuerto internacional Miguel Hidalgo,  en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga,  a 15 kilómetros de la ciudad, es el primer lugar donde el visitante percibe el sentir de los tapatíos al expresar a través de sus paredes un mensaje que dice: “En la Ruta del Tequila…, escrito sobre  agaves pintados.

Al incorporarse al centro de la ciudad, la bienvenida la ofrece el  monumento más  representativo de  Guadalajara:   la  imagen de La Minerva, guerrera, defensora del pueblo,  (Atenea en la cultura Helénica) obra del escultor Joaquín Arias; rodeada de una fuente  considerada como la más  grande de la localidad.

Al adentrarse a sus colonias residenciales y comerciales se percibe un poco de todo, que varía entre lo antiguo y la modernidad en  centros de negocios,  torres residenciales, de   importantes empresas,  hoteles cinco estrellas y  diamantes, y plazas comerciales, que imprimen cierta elegancia a esa parte de la ciudad, circundada por   sus principales  avenidas: Chapultepec y Los Hidalgos, con extensos tramos de todo tipo de tiendas,  incluyendo las  de novias y quinceañeras.

También es notorio la construcción de nuevas propuestas de edificaciones modernas en centros comerciales, hoteles, centros de diversión, hospitales,  universidades y  centros deportivos.

Pero también existe la  cara fea de la ciudad,   en algunos lugares de sus diversas colonias con  viviendas y edificios descuidados  y abandonados que deslucen  su entorno. 

Un día en  la Plaza Tapatía

En esta plaza, que mide más de medio kilómetro cuadrado, los visitantes disfrutan de sus bellezas  coloniales, leyendas y ambientes familiares. Allí está   el Hospicio Cabañas, gran obra arquitectónica de estilo neoclásico. Fue fundado, financiado y administrado por el  obispo Juan Ruiz de Cabañas. Fue sede  de la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco. Actualmente funciona  el Instituto Cultural Cabañas. En este lugar hay sillas de bronce, razón por la cual le llaman zona de descanso. La fuente de  cuatro niños en bronce  jugando  con el agua, donde uno  de ellos está orinando. El Escudo de Armas de Guadalajara, construido por el emperador Carlos V en 1542, cuando la primera ciudad fue establecida. La Rotonda de los Jaliscienses Ilustres  donde descansan los restos de los distinguidos ciudadanos de Guadalajara, que está al lado de la Catedral la cual se puede visitar y tomar fotos aunque estén oficiando misas. El Palacio de Gobierno, es uno de los lugares más interesantes. Allí está uno de los  murales más extraordinarios pintado por  José Clemente Orozco (1883-1949).

Una visita obligada es  el  Mercado Libertad o San Juan de Dios, localizado  sobre las avenidas Javier Mina y Cabañas,  detrás de la Plaza Tapatía. El Museo Interactivo Trompo Mágico, considerado  como “Museo de Cuarta Generación”,  el Museo de Cera, que cuenta con 120 figuras de personajes históricos, artísticos o del mundo de la fantasía y el Teatro Degollado, edificio de estilo neoclásico,  inaugurado en cinco ocasiones.

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