Parte del encanto de Europa se puede encontrar en el Caribe, visitando la isla de Guadalupe, una posesión francesa en las Antillas Menores, rodeada de playas y adornada por el verdor de sus bosques y montañas.
En este territorio, cuya superficie abarca 1628 km² y tiene unos 400 000 habitantes, en su mayoría mestizos descendientes del encuentro de europeos, africanos y “amerindios”, el idioma oficial es el francés y la moneda es el euro.
Antes de Colón, quien la llamó Guadalupe, la habitaban los arawak, quienes se establecieron en la isla en el año 300 d. C. y la llamaron Karukera (la isla de las bellas aguas). Luego, en el siglo VIII, los caribes llegaron y mataron a la población indígena de la isla, a pesar de que todos eran parte de la misma raza arawak.
Aunque la capital es Basse-Terre, la ciudad más poblada es Pointe-à-Pitre. Estas ciudades están en las dos tierras o islas principales que forman el archipiélago de Guadalupe, separadas por un estrecho brazo de mar llamado la Rivière Salée. Desde el aeropuerto de esta última se conecta con importantes destinos de Europa, Estados Unidos, Canadá, Centro, Sudamérica y el Caribe.
Para visitar. Se recomienda la Catedral de Pointe à Pitre y el Memorial ACTe, un monumento cerca de la marina que recuerda las heridas de la esclavitud.
Gastronomía. Guadalupe posee una variada gastronomía que va desde el famoso cangrejo relleno, platos a base de camarones, pescados y lambí, hasta el pollo boucané, sin olvidarse del aderezo: la salsa chien.
Son famosas las morcillas criollas de color negro con pimienta, que se preparan tradicionalmente en familia el día de Navidad.
Cultura. En 1990 el poeta Saint-John Perse, pseudónimo utilizado por Alexis Léger, obtuvo un Premio Nobel de Literatura, reconocimiento merecido por el inmenso vuelo y las imágenes evocativas de su poesía, que en una forma visionaria refleja las condiciones de nuestros tiempos.
Guadalupe ha mantenido un patrimonio literario muy diverso a lo largo de su historia, gracias a diversos escritores, poetas, novelistas, ensayistas y periodistas, entre los que se destacan Maryse Condé, Simone Schwarz-Bart y Ernest Pépin.
La música y el baile también son formas de arte muy populares en este archipiélago francés.
La amplia interacción entre los elementos culturales de africanos, franceses e indígenas dio paso al nacimiento de géneros nuevos propios del archipiélago.
Los guadalupeños disfrutan de muchos estilos de danzas locales como el zouk, zouk-love, konpa, así como estilos contemporáneos e internacionales como el hip-hop que se mezclan con los modernos.
La mayoría de los guadulupeños viven del turismo o de la agricultura.