POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
La cañada Guajimía lleva nueve meses sometida a trabajos de limpieza y encache, pero se requiere de tres años para terminar su esperado acondicionamiento.

Cerca de 400 metros lineales han sido preparados. Falta más que lo avanzado.

Las labores de rehabilitación marchan lentas en esta cañada, en Santo Domingo Oeste, debido a que la lluvia dificulta el  acceso y la inundación impide la continuación de la obra.

El personal a cargo de la transformación de Guajimía indicó que el ritmo es lento por la cantidad de basura que a diario lanza a la cañada la gente que reside en su orilla.

  Trabajadores explicaron que la cañada se desborda cada vez que llueve porque la basura tapa el puente de la avenida Prolongación 27 de Febrero, lugar donde se estanca la mayor parte de los desechos sólidos.

 Indicaron que ésta es la causa de que el agua se devuelva en el citado punto, donde los desechos no degradables se aprecian en grandes tramos.

Guajimía, que en la pasada semana  causó la muerte de dos niños, sigue demostrando que es “imparable”, consideró Rufino de la Cruz, residente en el sector Los Olivos, contiguo a una zona más afectada de la cañada. 

Ciento cuarenta hombres se ocupan del despeje y rehabilitación de Guajimía, acción que se inicia con retroexcavadoras y que continúa con la represa.

Trabajadores de la obra manifiestan  que en Guajimía han puesto miles de fundas de cemento y cientos de camiones de piedra que han sido extraídas del río Nizao.

Los muros de contención no impiden que el agua salga del cauce que le fue preparado y los tubos de dos y 36 pulgadas no dan abasto para el acelerado desagüe.

“Sesenta y 70 fundas de cemento se abren diariamente en este proyecto”, dijo un  trabajador en la cañada.

De 7:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, el trayecto de Guajimía es dominado por grandes camiones que descargan material y sacan basura. La tierra de Guajimía es lo Los obreros  ven con impotencia a la gente lanzar a  la cañada los desechos sólidos de sus casas.