Son muchos los mitos que hemos escuchado de las reacciones que pudiera causar el consumo de la guanábana. A esta fruta se le acusa de producir ataques de eclampsia (popularmente conocida como frenesí), por lo que es un fruto que se prohíbe comer a las embarazadas; y se dice que provoca daños a los adolescentes y las mujeres, durante la menstruación.

Contrario a esto, especialistas han escrito que durante estos periodos de la vida humana se tiene que consumir mucha guanábana y otras frutas más porque aportan sustancias necesarias para el cuerpo.

Hoy, ¡Vivir! resalta las maravillosas características de este alimento de piel verde oscuro, brillante, cubierta de espinas, y de carne blanca y jugosa.

La guanábana se consume fresca, al natural; puede sencillamente retirar las semillas y comer directo del fruto con una cuchara, o puede incluirla en trozos pequeños en una ensalada de frutas. También es muy rica como postre: póngala en la nevera hasta que esté bien fría y acompáñela de nata o crema de leche batida con azúcar. En las zonas tropicales -en nuestro país- se bebe el zumo de guanábana: que se prepara exprimiendo la pulpa para extraer su jugo, se bate con leche, agua y azúcar, conocida como la champola.

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Propiedades:

La guanábana tiene un alto contenido de agua, alto valor calórico, por la presencia de hidratos de carbono, y minerales como el calcio, fósforo y hierro; además es rico en vitamina C y provitamina A. A la guanábana se le atribuyen propiedades para el alivio del cáncer. Además, el zumo de la fruta madura es diurético; se cree que, tomado en ayunas, ayuda a aliviar dolencias hepáticas. El té de hojas de guanábana tiene propiedades antiespasmódicas, sedativas y antidiabéticas. Las hojas también se usan para algo muy diferente: combatir los piojos. En cuanto a sus semillas, se pulverizan para utilizar como repelente de insectos. Cuando este fruto está sin madurar, se puede comer cocidos como verdura, y también se utiliza para la elaboración de bebidas calientes, zumos, licores, mermeladas y postres.

Recetas

Esponjado de guanábana con salsa de fresas

1 libra de pulpa de guanábana

4 huevos

1 taza de crema de leche

1 lata de leche condensada

2 sobres de gelatina sin sabor

Para salsa de fresas

Media libra de fresas

2 cucharadas de azúca

Preparación. Disolver la gelatina en media taza de agua fría y ponerla a baño maría para que se disuelva bien. Licuarla junto con la leche condensada. Luego, batir la crema de leche, que debe estar bien fría, y -aparte- batir las cuatro claras de huevo hasta el punto de nieve. Ir mezclando la pulpa de la guanábana con la crema de leche; agregar las claras de huevo. Engrasar un molde con un poquito de aceite y agregar el batido. Llevarlo a la nevera hasta que cuaje. Ingredientes para la salsa: r. Para preparar la salsa lave muy bien las fresas y reservar unas cinco para adornar; licuar el resto de las fresas con el azúcar para cocinarlas (no agregarles agua); en cuanto hiervan, bajar el fuego y cocinar a fuego lento. Poner a enfriar. Cuando el esponjado ya esté cuajado, se saca del molde con mucho cuidado, se baña con la salsa de fresas y, por último, se parten por la mitad las fresas que dejamos reservadas y se decora el esponjado

Cheesecake con guanábana

Para la base:

Tres galletas dulce trituradas

1 barra de margarina fundida

Para el relleno:

Media libra de queso crema

2 taza de azúcar

2 huevos

1 cdita de esencia de vainilla

2 taza de crema de leche

1 gelatinaGelatina

1 taza de pulpa de guanábana

Preparación. Para la base: Mezclar las galletas con la margarina fundida y cubrir la base del molde apretando bien. Hornear a 180 grados por 15 minutos

Para el relleno: Con la batidora cremar el queso crema, y añadir todos los ingredientes menos la gelatina, e integrar muy bien. Agregar la gelatina sin sabor previamente hidratada y disuelta. Hornear por 21/2 horas a 100 grados. Refrigerar de 1 día para otro. Decorar al gusto.