Guantes, una llamativa y suave segunda piel

Guantes, una llamativa y suave segunda piel

ROSARIO TIFÁ
 
r.tifa@hoy,com.do
Usados desde la Antigüedad para proteger las manos del frío y de los trabajos más rudos, tanto que hasta Tutankamon se hizo enterrar con un par cubriendo sus manos.

Sin embargo, son las mujeres sus auténticas devotas. La esposa de Napoleón, la emperatriz Josefina, usaba mil pares al año, por aquello de no repetir nunca, y en el Antiguo Régimen simbolizaban la decisión y el poder real. Entonces, un guante de calidad era de piel española, de corte galo y cosido inglés.

Como fuente de inspiración, la prenda ha cautivado a muchos artistas, entre ellos al pintor Joan Miró, que en los años 20 del siglo pasado alumbraba ‘Le gant blanc’. Y es que desde hace un siglo, Francia tiene reputación mundial en la fabricación de los mejores ejemplares. Sólo en Millau, al sureste del país, a principios de los años 70 se fabricaron alrededor de cinco millones de pares.

En la actualidad, las cifras son notablemente inferiores, en gran medida por la irrupción en el mercado de productos importados de países donde la mano de obra es barata. Sin embargo, las casas especializadas en fabricar guantes de calidad han conseguido revivir gracias a que las firmas de moda se han decidido a sacar de nuevo los guantes.

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