Guantánamo arruina vidas de EU

Guantánamo arruina vidas de EU

WASHINGTON (AFP).- Desde la llegada de los primeros prisioneros de la “guerra contra el terrorismo” a la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba) el 11 de enero de 2002, el campo quebró centenares de vidas y terminó con la reputación de Estados Unidos.

Este quinto aniversario “es un día triste para nosotros en Estados Unidos”, explica Wells Dixon, un abogado del Centro para los Derechos Constitucionales, que coordina la defensa de los detenidos. “Tras cinco años, Guantánamo es un total fracaso, un absoluto fracaso”.

Numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos se reunieron esta semana y una delegación de militantes tiene previsto manifestarse en Cuba, al otro lado del tejido de alambre que delimita el enclave norteamericano.

El gobierno estableció la prisión en esta zona híbrida para poder interrogar a los detenidos lejos de las miradas, pero el Ejército reconoció después que la mayoría de ellos no tenía gran valor en términos de información, y muchos de ellos no eran los sanguinarios asesinos que se había anunciado.

De los más de 700 prisioneros que pasaron por Guantánamo, originarios de unos 40 países, alrededor de 380 fueron repatriados y en su gran mayoría liberados luego sin ningún cargo.

Juristas que el año pasado analizaron documentos del Ejército concluyeron que sólo 8% de los detenidos eran considerados combatientes de Al Qaida y que la mayoría habían sido entregados por cazadores de recompensas.

Hoy quedan 395 prisioneros en la base. El gobierno quiere llevar a entre 60 y 80 de ellos ante un tribunal militar de excepción y repatriar a otros 86. Se reserva asimismo el derecho de mantener indefinidamente encarcelados a los 230 restantes, incluso sin formularles ninguna acusación. También asegura que quiere clausurar la prisión lo antes posible.

Cuando las imágenes de las primeras celdas a cielo abierto dieron la vuelta al mundo, los detenidos fueron rápidamente trasladados a celdas alambradas con techo de material. En diciembre el Ejército abrió una cárcel moderna, construida sobre el modelo de las de alta seguridad.

Mantenidos de forma casi permanente en esas celdas minúsculas, sometidos desde hace cinco años a una incertidumbre total sobre su futuro, los prisioneros también fueron sometidos en los primeros años a interrogatorios con técnicas de todo tipo, de pesadilla.

Según documentos del Ejército y el FBI, los prisioneros sufrieron aislamiento absoluto durante meses, interrogados durante 20 horas diarias durante varias semanas, humillados, golpeados, esposados durante largas horas al sol a temperaturas extremas.

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