Guardan luto por muerte ecuatoriano ataque ETA

<p>Guardan luto por muerte ecuatoriano ataque ETA</p>

Madrid (EFE).- Cinco días después del atentado que ETA perpetró en el aeropuerto de Madrid, diversos lugares de España guardaron ayer luto por la muerte de un ciudadano ecuatoriano, al tiempo que la policía hallaba en el País Vasco un explosivo listo para ser usado por los terroristas.

Un avión del Ejército español emprendió viaje a Quito para trasladar el cadáver de Carlos Alonso Palate, de 35 años, un ciudadano de Ecuador que murió en el atentado del 30 de diciembre.

El cuerpo sin vida de Palate, que residía desde hacía cinco años en la ciudad española de Valencia (este) y que el día de la acción terrorista de había trasladado al aeropuerto madrileño para acompañar a un amigo, fue recuperado esta madrugada y tras la autopsia se dispuso su traslado a Ecuador.

Mientras tanto, en el aeropuerto madrileño, los equipos de rescate siguen buscando entre los escombros del aparcamiento D a Diego Armando Estacio, de 19 años, también ecuatoriano, desaparecido desde el momento del atentado.

   Como muestra de repulsa y repudio por la acción terrorista de ETA al mediodía decenas de personas en Madrid, Valencia, Pamplona y varias ciudades del País Vasco guardaron minutos de silencio.

   Las banderas ondearon a media asta en todos los Ayuntamientos españoles y la Administración General del Estado declaró 24 horas de luto oficial en solidaridad con las víctimas del atentado.

   Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, enviaron sendos telegramas a la familia de Palate para expresarles en nombre de toda la familia real y del pueblo español su pesar y condolencias.

   Fuentes de la Casa Real explicaron que, antes de hallar el cuerpo de Palate, el rey se puso en contacto con la Embajada de Ecuador en España para transmitir su pésame y solidaridad por las víctimas, que hicieron extensibles al presidente electo de Ecuador, Rafael Correa, y a todo el pueblo ecuatoriano.

   El sábado pasado, un día antes del fin de 2006, la organización terrorista derruyó con una furgoneta cargada de explosivos uno de los aparcamientos del aeropuerto madrileño, en un atentado con el que rompió el alto el fuego unilateral que había anunciado en marzo de 2006.

   Esta acción ha supuesto la ruptura del proceso de paz que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció en junio pasado -tres meses después de ese alto el fuego- como un intento de acabar por la vía del diálogo con cuatro décadas de terrorismo en las que ETA ha causado más de 800 muertes.

   Rodríguez Zapatero afirmó esta mañana, tras visitar el lugar del atentado, que su “energía y determinación” para alcanzar la paz “es aún mucho mayor” tras la acción terrorista y expresó su confianza en que pueda contar para este objetivo con el consenso de todos los ciudadanos y de todas las fuerzas políticas.

   “Los españoles saben que es una batalla dura, pero tenemos la firme determinación, a través de las instituciones del Estado de Derecho, de poner fin a la violencia”, subrayó el presidente.

   El Gobierno informó hoy de que Rodríguez Zapatero comparecerá en el Congreso de los Diputados, en una fecha aún no determinada, para hablar de la política antiterrorista que llevará a cabo a raíz del atentado.

   Desde las filas de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), que se ha opuesto férreamente al proceso de paz del Gobierno, se pide una vuelta “a una política que acabe con ETA y haya vencedores y vencidos”.

   El secretario general del PP, Ángel Acebes, dijo hoy, después de visitar a la familia Palate, que “no se puede pagar un precio político por haber asesinado” y añadió que “sólo a través de la ley hay que acabar con ETA”.

   Mientras esto sucedía en Madrid, en el País Vasco (norte) la policía de esa región (Ertzaintza) localizó un bidón con cien kilos de explosivos dispuesto como un artefacto para “ser utilizado de manera inmediata”.

   El departamento de Interior del País Vasco informó de que el explosivo fue hallado en una zona campestre del valle de Atxondo, en la provincia de Vizcaya, cerca de donde se encontró el 23 de diciembre pasado un escondite con 60 kilos de material utilizado por ETA para fabricar explosivos.

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