Guardar pan para mayo

Guardar pan para mayo

SERGIO SARITA VALDEZ
El ciudadano promedio que al levantarse revisa los diarios, mira los noticieros matutinos de la televisión, escucha los reportajes de la radio, chequea las páginas web y abre su correo electrónico debe darle la sensación de que las venideras elecciones nacionales están a la vuelta de la esquina, digamos que van a celebrarse dentro de unos días o quizás en una semana.

Todo apunta a que las navidades dominicanas del 2007 estarán adornadas con un frondoso arbolito cargado de propaganda política. La atmósfera va saturándose rápidamente con los mensajes que anuncian la llegada de un candidato redentor hecho a la medida, perfil y color que recomiendan los expertos en mercadeo de figuras presidenciables.

Gracias a la elevada cifra de gente pobre, los cientos de miles de personas sin empleo, el déficit de viviendas, alto costo de la canasta familiar y una percepción de inseguridad social, los candidatos tienen material de sobra para elaborar fórmulas mágicas tendientes a resolver esos crónicos males que vienen gravitando alrededor del cuerpo de la nación desde su fundación. Las estrecheces económicas se reflejan de una manera cruel e implacable en el seno familiar, lo que impide contar con una alimentación balanceada, oportuna y suficiente en cantidad y calidad, adecuada tanto para la mujer embarazada como para el niño, el adolescente, el adulto y los ancianos.

La miseria es la enemiga principal que tiene la educación. Niños semi-descalzos y mal nutridos no están aptos para recibir de forma provechosa el sagrado pan de la enseñanza. Los útiles escolares cuestan un ojo y la mitad del otro, por lo que se tornan inasequibles para los destartalados bolsillos de unos agobiados padres vueltos enanos y sin escaleras para alcanzar los exorbitantes precios de libros, cuadernos y demás indumentarias escolares.

Son cada día más costosos los servicios de salud, incluidos los estudios diagnósticos, internamientos, procedimientos quirúrgicos y medicamentos. Ello obedece en parte a que muchos de los insumos y aparatos que se utilizan en el manejo de los pacientes son importados y cada día se requiere de más y más dólares para ese tipo de mercancía. Las recurrentes epidemias generan un gran flujo de enfermos que demandan de una mayor atención, lo cual empeora el estado carencial prevalente.

El transporte de pasajeros y de mercancías exige mayores erogaciones por parte de los usuarios, sin que los primeros puedan compensar esa rebaja en su presupuesto con un aumento de los salarios. Los transportistas públicos presionan al gobierno para que les permita subir las tarifas a cobrar o en su defecto que se les compense a través de un subsidio. Con una abultada factura petrolera que se lleva una tajada importante del presupuesto nacional el país se ve limitado en su capacidad para separar una mayor asignación de recursos para los planes de contingencia destinados a aliviar la gran deuda social acumulada.

Sobran los argumentos y los temas para que cualquier candidato pueda elaborar un discurso demagógico y atractivo para las grandes masas desposeídas. Solamente basta con revivir la leyenda de los Reyes Magos cargados de juguetes de cartón y de hojalata, que hagan mucho ruido y que brillen de lejos para que encanten al adormecido niño pueblo. Prometer el cielo con el sol, la luna y las estrellas cuesta tan poco que nada se pierde ofertándolo. Siempre habrá mentes vírgenes e ingenuas que darán como realidades verosímiles y tangibles las historias de las mil y una noches.

De acuerdo a la agenda del calendario dominicano las elecciones para escoger al próximo Presidente de la República serán celebradas el 16 de mayo de 2008. Por ello es necesario contar con harina en el mes de abril, si es que se espera repartir el pan en la primera mitad del siguiente mes. Que se preparen los actores para la gran función del venidero mes de las flores. Quien represente mejor el drama quisqueyano y aporte las evidencias de que en verdad tiene un proyecto de trabajo concreto para mejorar el centenario mal crónico de la pobreza nuestra obtendrá el cálido aplauso y apoyo del público que seguramente llenará todos los asientos del gran teatro nacional.

Pasado el 16 de mayo de 2008, si por desgracia nos devolvemos hacia Guatepeor, entonces le haremos coro al cantautor español Joan Manuel Serrat en una parte de su bella melodía Fiesta, cuyas letras dicen así: «Y con la resaca a cuestas/ vuelve el pobre a su pobreza, / vuelve el rico a su riqueza/ y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal / la zorra pobre al portal / la zorra rica al rosal / y el avaro a las divisas».

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