Guardias ignoran inmigrantes

Guardias ignoran inmigrantes

TEXAS. EE.UU.
 AP.

  Josefa González ha cruzado la frontera sin los papeles correspondientes al menos 128 veces en los últimos ocho años. Y en todos los casos la Patrulla de Fronteras la trató bien y la ayudó a regresar a casa.

  González es parte de un grupo de mujeres y niños indígenas del estado de Oaxaca, al sur de México, a los que no les interesa quedarse en Estados Unidos.

Lo único que quieren es pedir limosna frente a comercios de El Paso, usando a los pequeños como carnada.  Al final de una productiva jornada, esperan que la Patrulla de Fronteras las recoja y las lleve del otro lado.  Todos los días se repiten historias como ésta, que producen miles de arrestos que quedan en la nada, ya que nadie es procesado.  Los indígenas de Oaxaca se benefician del hecho de que las leyes dan a los agentes discreción para evitar la separación de adultos y niños, e incluso para no apresar a alguien que cometió alguna infracción. 

“Podríamos apresarlos y procesarlos”, dijo el agente Ramiro Cordero. “Pero antes de separar a una familia hay que analizar el aspecto humanitario en toda su complejidad”. 

En el año fiscal que comenzó en octubre fueron detenidos 500 oaxaqueños, mujeres y niños, algunos de ellos varias veces. González y sus acompañantes, vestidos todos con coloridas indumentarias típicas de su región, cruzan el río Bravo con la ayuda de un guía.

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Benevolencia

La mayoría de los indocumentados no puede contar con la benevolencia de los agentes fronterizos. A diferencia de lo que ocurre con los oaxaqueños y otros mexicanos detenidos cerca de la frontera, todo indocumentado arrestado en el país es separado de sus hijos, algunos de los cuales son entregados a custodios.

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