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Los guatemaltecos acudieron ayer a las urnas para elegir a su próximo presidente, en unas votaciones marcadas por una masiva afluencia de electores y sin incidentes que llegasen a empañar el proceso, según las autoridades y los observadores.
Guatemala
EFE. Los guatemaltecos acudieron ayer a las urnas para elegir a su próximo presidente, en unas votaciones marcadas por una masiva afluencia de electores y sin incidentes que llegasen a empañar el proceso, según las autoridades y los observadores.
Tras 11 horas ininterrumpidas de votaciones, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerró a las 18.00 hora local (00.00 GMT del lunes) los 2,500 colegios electorales en todo el país para comenzar inmediatamente el escrutinio.
Las misiones de observación electoral coincidieron en destacar la masiva afluencia de votantes, sin dejar de lado las denuncias de transporte de electores con fines partidistas a los centros de votación y la supuesta compra de votos con la entrega de regalos.
El Procurador de los Derechos Humanos (PDH), Sergio Morales, dijo que su misión recibió al menos 133 denuncias de compra de votos, traslado de personas a los centros de votación y de intimidaciones, pero aclaró que esos incidentes no van a influir en el proceso. Mirador Electoral, otras de las misiones locales que vigiló las elecciones, afirmó que al menos cinco partidos, entre ellos el Patriota (PP) y el Libertad Democrática Renovada (Líder), violaron la Ley Electoral al hacer campaña en plenas votaciones. El PP respalda la candidatura presidencial del general retirado Otto Pérez Molina, quien es el favorito para ganar los comicios, y Líder al abogado y empresario Manuel Baldizón, que figuraba en segunda posición en las encuestas de intención de voto.
El director electoral del TSE, Julio Solórzano, dijo a los periodistas que el incidente más serio de las votaciones se registró en una comunidad indígena de Nahualá, en el departamento noroccidental de Sololá, donde los vecinos quemaron más de 150 papeletas de votación y retuvieron a dos empleados que luego fueron liberados. Por su parte, el presidente saliente, Álvaro Colom, aseguró que las elecciones transcurrieron con normalidad y que sólo le habían reportado la muerte de un agente de la Policía Nacional y de un civil en una población del departamento oriental de Jalapa.
Nada fuera de lo normal
En las votaciones, según el presidente Álvaro Colom, no hubo nada fuera de lo normal y destacó la gran afluencia de electores. A esos incidentes también se sumaron las denuncias de campaña difamatorias contra Pérez Molina y Baldizón, a los que se vinculó con el narcotráfico en los panfletos aparecidos en la capital y en una población del departamento noroccidental de Huehuetenango, respectivamente.
El candidato presidencial del PP calificó esa campaña de actos desesperados y no descartó la participación de activistas de la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que no tuvo ningún candidato presidencial por el rechazo de la de Sandra Torres, quien meses atrás se divorció del gobernante para evitar la prohibición que impide a familiares directos del presidente aspirar al cargo.
La mayoría de los diez candidatos que se disputan la Presidencia destacaron la gran participación de los guatemaltecos en las urnas, y Pérez Molina dijo que existe la posibilidad de ganar la primera magistratura sin necesidad de ir a una segunda vuelta. Según la Ley Electoral y de Partidos Políticos, para ganar la Presidencia de Guatemala, el candidato tiene que obtener el 50% más un voto de los sufragios válidos emitidos. De no haber nadie que lo consiga, algo que no ocurre en la historia reciente de Guatemala, habría una segunda vuelta el 6 de noviembre entre los dos candidatos más votados.
