EFE-REPORTAJES. Con más de 700 especies y en el corazón del mundo maya, Guatemala es el lugar perfecto para disfrutar de las aves, un paraíso para los aficionados al aviturismo.
Jorge Samayoa, director del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), que se ha propuesto dar un impulso al avistamiento de aves, una actividad recreativa que tuvo sus orígenes en la Gran Bretaña de la era victoriana bajo la denominación de Bird watching, asevera dos enunciados: amanecer al canto de los pájaros en el Caribe es como escuchar una sinfonía, y el cuidado de la biodiversidad es una enseñanza de los mayas.
Guatemala es el lugar perfecto para hacer aviturismo. Otros países tienen 189 especies, pero nosotros tenemos más de 700; 150 de ellas endémicas, refiere. Tanto en el Pacífico como en el Atlántico, en reservas privadas o públicas, todo el año puede observar aves en este país centroamericano, aunque los lugares y horario dependen del tipo de comida que buscan las distintas especies de pájaros, aclara. En Guatemala, el aviturismo figura entre los diez sectores más importantes del turismo, que en 2010 reflejó un crecimiento de 5,2 por ciento de visitantes respecto a 2009, pese a los desastres meteorológicos.
Pajarear. La observación de aves es una actividad que se ha incrementado simultáneamente a la preocupación y toma de conciencia sobre la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.
Se realiza en las áreas silvestres y áreas protegidas que poseen diversidad de especies de aves y algunas de estas regiones se encuentran vinculadas a otros atractivos naturales, culturales o recreativos que pueden disfrutarse durante el mismo recorrido.
Pajarear, como también se le conoce a esta actividad, no sólo despierta el interés de extranjeros; también los guatemaltecos han comenzado a buscar espacios para esta práctica.
Ir a pajarear no requiere de ninguna destreza, sino ser amante de la naturaleza; no se necesita más que una buena cámara fotográfica y unos binoculares. El oído también desempeña un papel fundamental para los aficionados a esta actividad.
El colibrí rubí, por ejemplo, es un ave de paso en la costa sur de Guatemala en los meses de invierno (mayo a noviembre). Mientras que la laguna de Chicabel, en el departamento occidental de Quetzaltenango, es apta para la observación del chipe de cabeza rosada.
Pero los bosques nubosos de las Verapaces, en el norte de Guatemala, son uno de los lugares donde se puede apreciar al ave símbolo nacional, el quetzal (pharamachrus vocinno).
De sur a norte
Destinos
El Parque Nacional Sipacate-Naranjo, el Manchón Guamuchaj o la Reserva de Usos Múltiples de Monterrico, todos en la costa sur del Pacífico de Guatemala, son excelentes zonas de bosques y manglares con una diversidad de ecosistemas que las hacen especiales para el avistamiento de las aves migratorias, que cruzan, sin pasaportes ni visas, las fronteras de Estados Unidos y Canadá hasta esta región.