Roma. EFE. La firma italiana Gucci acaparó ayer toda la atención en la primera jornada de la Semana de la Moda de Milán, con una colección para la temporada primavera-verano 2011 puesta al servicio de la seducción, muy sofisticada, pero con tejidos y colores poco veraniegos que eliminan las fronteras estacionales.
Gucci abrió con una particular fusión que apunta a un verano cargado de pieles y tejidos animales, menos fresco y más salvaje.
Botas convertidas en sandalias y viceversa; zapatos peep toe que se prolongan casi hasta la rodilla combinados con vestidos de piel ajustados; cazadoras de cuero con pantalones de tiro alto; tonos otoñales como el color camello para las prendas diurnas y dominio del negro en las piezas destinadas a la noche.
Pero también escotes de infarto, tacones de vértigo en tonos dorados y vestidos tubo con combinaciones insólitas.