¿Guerra anti-drogas?

¿Guerra anti-drogas?

POR UBI RIVAS
Con el soporte de un estudio del profesor Brus Bagli, de la Universidad de Miami, Florida, el presidente Leonel Fernández incriminó a Estados Unidos por su descuido en la guerra anti-drogas en la región del Caribe.

El Gobierno dominicano externó ese juicio en el marco de la Cumbre Anti-Drogas que se verificó en la sede de nuestra Cancillería, el 16 del presente mes de marzo, ante la presencia de sus homólogos de Haití, René Préval; de Colombia, Alvaro Uribe; el primer ministro de Trinidad-Tobago, Patrick Manning, y la ausencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por la salvedad de que contó con la organización del Comando Sur de Estados Unidos.

El Presidente está en lo cierto, y aunque más vale tarde que nunca, es decir, que debió externar ese juicio de valor durante su primera administración constitucional 1996-2000, fue preciso y precioso en acusar a su siempre gran básiga, Estados Unidos, del descuido en esa asignatura muy importante para nuestro país, nuestra juventud, conductor de nuestro mañana.

Estados Unidos ha debido proporcionar logística a nuestro país, Haití y en mayor proporción a Colombia, que es donde se produce el 80% de las drogas alucinógenas y sustancias peligrosas que ingresan cada vez en mayores volúmenes a Estados Unidos, el mayor consumidor y cliente planetario.

El profesor Bagli censura a Estados Unidos de volcar recursos pasmosos al imposible de domeñar tanto a Afganistán e Iraq, invirtiendo sólo en este último país US$730 mil millones en derrocar y ahorcar al presidente Saddan Hussein por vínculos supuestos, nunca probados, con Osama Bin Laden y disponer armas de destrucción masiva, que tampoco el presidente George Bush Jr., con el concurso de su CIA, ha podido demostrar nunca, es decir, dos embustes para intentar justificar lo injustificable de dos guerras de agresiones que han socavado el «prestigio» de Estados Unidos en materia de derechos humanos y el litoral del perjuro.

En ese tiempo de 2003, que es cuando se produce la intervención de Bush Jr. en Iraq, hasta hoy, Estados Unidos no ha donado equipos idóneos a nuestro país ni a Haití, para ampliar el control del suministro de drogas que provienen de Colombia, mientras en la región sur de Haití residen más de 60 mil colombianos que el gobierno vecino nunca ha elaborado un arqueo de cuáles son sus ocupaciones.

Listín Diario del 17 de marzo presente despliega una noticia originada en The Miami Herald, en la cual pretende, sin lograrlo, vincular al presidente Hugo Chávez en la complicidad con el narcotráfico, conociendo todos cuál es la actitud del gobernante de la República Bolivariana de Venezuela en este tema, idéntico al de su homólogo cubano Fidel Castro, a quien ni siquiera la Petit Habana miamense se la ha ocurrido nunca de entrelazarlo con el negocio abyecto y letal de las drogas.

El presidente Chávez simplemente usa la facultad de la soberanía venezolana para impedir a naves extranjeras ingresar a sus áreas marítimas y cielos, justificando perseguir al narcotráfico.

Estados Unidos, como mayor consumidor y/o cliente de drogas del planeta, resulta imposible concebir su desligamiento de un negocio que moviliza cada año más de US$600 mil millones, superior a lo producido por la industria automotriz (automóviles de todo tipo) de todo el mundo, razón por la cual por lo menos el suscrito no ha podido detectar nunca una noticia que informe sobre el decomiso de un gran almacén de drogas en el Tío Sam. ¿La ha visto alguien? Por favor, envíenme copia a este diario para neutralizar para siempre mi legítima sospecha.

La supuesta guerra antidrogas será siempre un sofisma mientras Estados Unidos no suministre la logística exigida para este tipo de guerra a los países que la producen y pretenden combatirla, como el nuestro, Colombia, Trinidad-Tobago, Venezuela, Haití y México, por donde ingresa el 90% de la marihuana que por tierra fluye a USA, sin mencionar a Turquía, el mayor productor y proveedor de cocaína mundial para quien nunca se amaga sanción alguna.

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