San Antonio de Guerra es un municipio de paz porque la mayoría de su gente es religiosa, según su alcaldesa, Martina García. Sin embargo, sus 45 mil habitantes sienten y sufren la ausencia del Estado.
Al ser una comunidad con una gran extensión territorial, las vías de comunicación son caminos vecinales, los cuales están todos en malas condiciones y dificultan que los pequeños productores puedan sacar sus productos.
La alcaldesa García dice que allí no hay ninguna institución del Estado donde los ciudadanos puedan canalizar sus necesidades y tener acceso a los servicios.