Guerra contra  corrupción  BM ante  futuro incierto

Guerra contra  corrupción  BM ante  futuro incierto

WASHINGTON,  (EFE).- La pérdida de autoridad moral tras el reciente escándalo de favoritismo de su propio presidente y la negativa de algunos países a enarbolar esa bandera plantea un futuro incierto a la campaña anticorrupción del Banco Mundial (BM).

   «Existe una preocupación importante sobre qué va a pasar el día después», dijo a Efe un alto funcionario del BM, que solicitó el anonimato, en referencia a los interrogantes sobre las prioridades de la persona que sustituya a Paul Wolfowitz en la presidencia del BM a partir del 30 de junio.

   El directivo asegura que hay un grupo de países, Francia y China entre ellos, que «nunca apoyaron la estrategia anticorrupción» y que salen reforzados tras la partida forzosa de Wolfowitz, quien dimitió el pasado 17 de mayo a raíz del polémico incremento de sueldo a su pareja, una funcionaria del BM.

   El que Wolfowitz se centrase en la campaña anticorrupción, y sus problemas éticos, podrían hacer que el nuevo presidente busque diferenciarse haciendo énfasis en los proyectos tradicionales del BM como la lucha contra la malaria y la construcción de presas, carreteras y escuelas.    Miguel Schloss, un ex directivo del Banco Mundial y de la organización Transparencia Internacional, cree que los tiros pueden ir en esa dirección.

   «Veo al Banco tremendamente pasivo en temas anticorrupción», dijo a Efe Schloss, quien es ahora miembro de la junta directiva de Dalberg, una consultora especializada en temas de desarrollo, con filiales en Europa, África, Latinoamérica y Estados Unidos.

   El experto dice simpatizar con el argumento de que Wolfowitz tenía «ideas importantes sobre el combate a la corrupción».

   Recordó que el borrador anticorrupción presentado durante la asamblea anual del BM en septiembre del 2006 en Singapur, obra en gran medida del ex número dos del Pentágono, era «mucho mejor» que la versión final aprobada por el Consejo Ejecutivo en marzo pasado, y que Schloss describió como un documento de «relaciones públicas».

   Por su parte, el alto directivo del BM constató que «hay una gran oposición a la implementación» de la estrategia anticorrupción.

   Indicó, en ese sentido, que hay «muchos vicepresidentes» que no quieren «ni oír hablar de ello» ya que, según dijo, están acostumbrados a una política que tradicionalmente ha recompensado a aquellos que conceden más préstamos.

   Wolfowitz, de todos modos, tampoco está exento de culpa en el rechazo interno al plan anticorrupción.

   Manish Bapna, el director del Bank Information Center, un conocido centro de estudios de temas de desarrollo de Washington, señaló en declaraciones recientes al diario The Wall Street Journal que Wolfowitz hizo bien en «hablar sobre el tema».

   El problema, según Bapna, fue el tratar de «elevar la anticorrupción al nivel que la lucha contra la pobreza en la misión global del Banco».

   Otra de las estrategias que generó polémica fue la suspensión de créditos multimillonarios a países sospechosos de corrupción como Argentina, India, Chad, Kenya, Uzbekistán y Yemen.

   El presidente saliente tomó esas decisiones de forma unilateral,  y no elaboró una estrategia clara, por lo que fue acusado de arbitrario.

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