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WASHINGTON (AFP).- Los sangrientos combates en la ciudad chiíta de Najaf ocupan las portadas de los diarios de Estados Unidos y tienen un impacto negativo para el presidente y candidato George W. Bush, cuyas decisiones sobre Irak se convirtieron en tema central de la campaña electoral.
Este baño de sangre, que sigue a pesar de que hace 15 meses Bush declaró que la guerra había terminado, se ha vuelto en su contra, con encuestas que concluyen que la mayoría de los estadounidenses están insatisfechos con la forma en que maneja la situación.
La batalla en Najaf pone a Irak en el ojo de la tormenta, y los analistas afirman que esto perjudica electoralmente a los republicanos.
«Cualquier cosa sobre Irak significa malas noticias para Bush», dijo el analista de encuestas John Zogby a la AFP. «En términos políticos, cuanto más lo aleje de las pantallas, mejor», agregó.
Bush -que en las elecciones del 2 de noviembre tendrá una dura disputa con su contrincante demócrata John Kerry- ha intentado presentar la situación en Irak como un conflicto entre locales desde que transfirió el poder a los iraquíes.
«Nuestra política es trabajar con el primer ministro (Iyad) Allawi y apoyar a los iraquíes en su camino a las elecciones», afirmó el lunes. «Ahora el primer ministro Allawi está a cargo del país», aseguró.
Mientras, los funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado hablan ocasionalmente de Irak, a no ser que los periodistas les pregunten. En esos casos, se ven en problemas tratando de presentar la situación como un tema interno iraquí, al tiempo que tratan de eludir las preguntas sobre cuestiones militares.
Sin embargo, todos los días mueren soldados estadounidenses en esta guerra: más de 60 murieron en enfrentamientos en las últimas 6 semanas -desde que se instituyó a Allawi-, llevando la lista total a alrededor de 930.
«En algún momento no muy lejano alcanzarán la cifra de 1.000 muertos, y eso va a marcar un momento crítico» dijo el analista Zogby.
La batalla por Najaf rompió una cierta apatía que últimamente tenían los medios respecto a Irak.
También el estado de la economía sigue siendo uno de los puntos que más influyen en los electores, muestran las encuestas: Zogby contó que hace un mes el tema Irak estaba en cuarto lugar, detrás de terrorismo y salud.
Bush tiene claro interés en tratar de llevar la disputa con Kerry al terreno del terrorismo. El 56% de los estadounidenses está conforme con su desempeño en ese plano, según una encuesta publicada en la revista Time el fin de semana.
Bush tiene una ventaja de 49% contra 41% sobre de Kerry respecto a habilidad para dictar políticas anti-terroristas.
Ambos tienen ciertas diferencias sobre el tema Irak en sus respectivos discursos.
Bush sigue insistiendo en que invadir Irak y alejar al presidente Saddam Hussein fue moralmente correcto a pesar de que no se encontraron armas de destrucción masiva y de que se reveló que no tenía nexos con Al Qaida, las dos justificaciones esgrimidas inicialmente.
El propio Kerry dijo que aún sabiendo lo que se sabe ahora hubiera votado a favor del ataque en el Senado, como lo hizo en 2002.
Sin embargo, sí criticó la conducción de la guerra, acusando a Bush de irrumpir en Irak sin hacer los suficientes esfuerzos por conseguir apoyo en la comunidad internacional.
