Guerra, pandemia y cambio climático auguran hambre

Guerra, pandemia y cambio climático auguran hambre

No parece que existiera antes una conjugación de factores tan contraria a la producción y abasto mundiales de alimentos; ni República Dominicana había estado tan urgida a utilizar al máximo sus recursos agrícolas para la sustitución a costo moderado de suministros alimentarios externos condenados a prolongadas interrupciones.

La autosuficiencia se hace difícil porque la actual condición del campo incluye muchos suelos cuyo aprovechamiento a gran escala necesitaría de insumos, tecnologías y mecanizaciones escasamente disponibles y hasta desconocidos por agricultores.

Los buenos métodos de cultivo están circunscritos a unos dominios privados alejados de la generalidad de áreas rurales en los que permanecen miles de minifundistas sin apoyos estatales para el manejo eficiente del surco y pronta salida de la marginación.

La apertura y reparación de caminos vecinales, perforación de pozos, rehabilitación o creación de sistemas de irrigación, aprovisionamiento subsidiado de fertilizantes, pesticidas y yerbicidas y la agilización del mercadeo son pasos concretos hacia la suficiencia que deben emprenderse con mayores recursos públicos.

Contra la segura disponibilidad de alimentos para la población dominicana de agudo crecimiento en últimos decenios obran la severa alteración de los intercambios comerciales por un virus que escapó de controles, la aceleración del cambio climático y la deflagración rusa en Ucrania. Sálvese quien pueda.

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