POR ANNA JIMÉNEZ
El estreñimiento es una de las enfermedades más comunes de nuestro tiempo, sobre todo en los países desarrollados. El estreñimiento, además de provocar malestar diario, con el tiempo puede originar otras enfermedades. Es por ello que es importante ponerle remedio.

El estreñimiento puede ser de distintos tipos y puede estar provocado por distintas causas. Existen a su vez distintos tratamientos. En este artículo haremos hincapié en la importancia de una dieta adecuada, así como de la importancia de realizar algo de ejercicio (como caminar) en el tratamiento para una persona estreñida.

¿Cómo se define?

El estreñimiento se define como la escasez de las deposiciones, la dificultad para lograr su evacuación y la dureza de las mismas. A menudo se ha buscado definir cual es el patrón «normal» de evacuación. Sin embargo varía mucho de unas personas a otras (lo que para uno es normal para otro no). Sobre todo en cuanto a frecuencia. Es decir una persona estreñida, no es la que defeca menos veces sino la que defeca con molestias, dolor, y cuyas heces son duras. Hay personas que sólo evacuan una vez a la semana pero las heces son normales en cuanto a consistencia, por tanto se considera «normal» (para ella).

Curiosamente, en referencia a la cantidad de heces que se evacuan en cada deposición, existe una diferencia en cuanto a países: En Estados Unidos, el peso de las heces es de 100 a 200gr/día mientras que en países como Asia o África es de 300 a 400gr./día. Esto se debe a que consumen más cantidad de fibra o alimentos no digeribles en su dieta.

 Síntomas del estreñimiento

 Molestias abdominales y sensación de incomodidad (sentirse como «hinchado», dolor, sensación de plenitud.

 Heces duras

 Dificultad para defecar o hacerlo con mucho esfuerzo, incluso dolor.

 En casos graves puede llegar a producirse una intoxicación, apareciendo: Decaimiento físico e intelectual, mal aspecto de la piel, insomnio, dolor de cabeza, sensación de angustia, depresión.

 Tipos de estreñimiento

 Estreñimiento del pasajero.

 Estreñimiento crónico.

 Estreñimiento del bebé (lactante).

 Estreñimiento del anciano.

 Estreñimiento en la mujer embarazada.

Consejos para evitarlo

En primer lugar, para evitar el estreñimiento debemos esforzarnos por mantener unos hábitos de vida saludable. El tratamiento farmacológico sólo ha de tomarse en aquellos casos en los que las pautas generales no sean suficientes, y siempre bajo prescripción médica.

Es importante marcar un horario fijo en el que ir al baño. De este modo acostumbramos a nuestro organismo a evacuar a esa hora. Puede ser después del desayuno o después de la comida. Sobre todo es importante no tener prisa, sentarnos y esperar a tener «ganas».  Otra de las pautas es el ejercicio físico. Cosas tan sencillas como dar un paseo, pueden ayudarnos a combatir el estreñimiento. Salir a caminar 30 minutos al día, estimula la motilidad del intestino grueso. Es por esta razón que las personas encamadas, o que no pueden andar suelen presentar estreñimiento.

Por último, y no por ello menos importante, hay que mencionar la alimentación. Una dieta adecuada puede ayudarnos a mejorar nuestra actividad intestinal.

Es por ello que  vamos a recomendar una dieta para combatir el estreñimiento.

Dieta contra el estreñimiento

Es importante incluir en nuestra dieta una ración diaria de frutas y verduras. Así como cereales integrales, fibra, etc. Otro de los elementos fundamentales es ingerir muchos líquidos. Se recomienda beber al menos dos litros de agua al día. Para favorecer la consistencia y evitar que las heces sean duras.

Otro consejo es comer despacio, masticar bien los alimentos y hacer varias comidas al día.

Desayuno

 Un zumo de naranja o dos kiwis.

 Café con leche y 30gr. de cereales o fibra.

A media mañana

 50gr. de pan integral con fiambre de pavo.

Comida

 Ensalada de lechuga, tomate, pepino, maíz.

 Carne o pescado a la plancha con verduritas de guarnición.

 Una pieza de fruta (excepto manzana cruda).

Merienda

 Un  yogurt y cuatro galletas integrales o con fibra.

Cena

 Caldo o puré de verduras.

 Tortilla francesa. Un tomate abierto con orégano y aceite de oliva y un trozo de queso fresco.

 Una gelatina.

 Una infusión.