LA HABANA, (AFP) – La guerrilla colombiana del ELN está dispuesta a liberar a todos sus secuestrados como parte de un cese del fuego y hostilidades, que aspira a pactar en julio, por seis meses, con el gobierno de Alvaro Uribe y que descartaría una zona de concentración de rebeldes.

 «Cuando el ELN firme el cese se compromete a liberar los retenidos que tenga en ese momento, y a no hacer retenciones de propósito económico (extorsivo) mientras dure el tiempo» de la tregua, anunció ayer en La Habana el comandante de la guerrilla, Pablo Beltrán.

 El rebelde, quien encabeza por el ELN negociaciones de paz con el gobierno de Uribe, afirmó que las partes analizan un acuerdo de alto al fuego como resultado de la actual sexta ronda de negociaciones, que lleva casi dos meses y medio y que, tras un breve receso de consultas, continuará en julio.

 «Ambos queremos que haya un cese al fuego que significa paralizar los dispositivos y operativos ofensivos entre las dos fuerzas, ambos estamos de acuerdo en cesar hostilidades que se definen como ataques a la población y a la infraestructura», subrayó.

 Beltrán precisó que terminar con los ataques a la población implica «cesar las retenciones», aunque no precisó el número de secuestrados en poder del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Son «decenas y no los centenares que se nos atribuyen», dijo.

 «Pero el gobierno tiene que colocar algo en la mesa. Esto es como un regateo», dijo, al señalar que el ELN demanda algunos «mínimos» como que impulse el retiro del grupo de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

 Explicó que el alto al fuego será «experimental y temporal, de aproximadamente unos seis meses», y para cuya verificación el ELN descartó que sus fuerzas sean ubicadas en zonas, como exigía el gobierno, por lo que se buscan otras modalidades.  «El cese no aspira a que el Ejército se quede en sus cuarteles, ni a que el ELN vaya a sus campamentos y se concentre, esto está descartado desde el inicio. Lo rechazamos de plano», comentó.

 Beltrán apuntó que está «casi listo un esquema de verificación» que «se funda más en el respeto de la palabra, que parte de que se va a cumplir y que si hay problemas se identifican como accidentes y no como violaciones premeditadas».