Tras un parto, lo habitual es quedar con algunas libras de más, el abdomen flácido e hinchado, la cadera más ancha… una serie de cambios por los que la inmensa mayoría de las mujeres se sienten mal consigo mismas. Al mirarse de perfil, muchas mamás comprueban con pesar que su figura ya no es la misma que antes de salir embarazada.
Sin embargo, es posible recuperarla. Lo primero que suele buscar la mayoría es recuperar la tersura y tono de su abdomen, pero hay que ir poco a poco. El cuerpo ha sufrido muchas trasformaciones y antes de ponerse a trabajar la musculatura de la panza conviene recuperar los músculos que más perjudicados han quedado tras el parto: los del suelo pélvico. Es decir, los que han permitido empujar y ayudar a que su bebé vea la luz.
Por ello, una vez pasado el tiempo que el médico le indique tras el parto, debe poner manos a la obra para volver a ser la misma muñeca de siempre.
¿Me pongo a dieta? La lactancia no es un momento oportuno para seguir una dieta de adelgazamiento. Dar el pecho al bebé ayuda a la mujer a recuperar su peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas de grasa almacenadas durante el embarazo.
Si usted no está dando el seno, puede seguir una dieta de adelgazamiento, pero conviene hacerlo bajo la supervisión de un especialista, ya que un régimen muy intenso puede agravar la predisposición a sufrir una depresión post-parto. L
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Ejercicios
Mario Socías, gerente de Fitness del Body Shop Athletic Club, explica que para una mujer que antes y durante el embarazo realizó ejercicios y que está lactando será fácil recuperar su figura. Normalmente se debe comenzar con el ejercicio que primero aprendimos en nuestra vida: caminar; por un mínimo de 15 a 45 minutos, tres veces por semana.