El aceite de oliva es uno de los ingredientes fundamentales de la dieta mediterránea, la cual muchos dominicanos han acogido debido a sus incontables beneficios para la salud.
Es un ingrediente casi venerado y gracias a su delicioso sabor e inconfundible aroma está presente en la cocina de casi todos los chefs.
Este aceite se obtiene a partir del fruto del olivo -la aceituna- mediante procesos mecánicos y técnicos adecuados, y purificados por lavado, sedimentación, filtración o centrifugación.
En el mercado existe una gran variedad de aceites de oliva. Estos se clasifican según su grado de acidez en: aceite de oliva virgen extra (extra virgen, en algunas marcas), aceite de oliva virgen, aceite de oliva, y aceite de oliva de orujo. De estos, sólo se recomienda consumir los tres primeros.
La calidad de los diferentes aceites va a depender del proceso de elaboración, así como de la calidad de las aceitunas.
En los anaqueles de los supermercados es común ver una gran diversidad de este tipo de aceite, de ahí la importancia de saber elegir correctamente el que mejor se adapte a sus necesidades.
Aceite de oliva extra virgen: es considerado como el más saludable de todos. Se obtiene de la primera prensada de las aceitunas. Es libre de la acidez superior a 0.8 %, y se considera que tiene un sabor imponente.
Este tipo de aceite es considerado como el más superior entre los provenientes de la aceituna. Es el más saludable y suele ser el de más elevado precio, aunque no todo el que se vende como “extra virgen” lo es.
Aceite de oliva virgen: Este no ha sido sometido a ningún refinado, sin embargo tiene una acidez más alta (1-4 %) que el virgen extra, por lo que sólo conserva algunos de sus aromas y sabores naturales.
Se extrae de la misma manera que el anterior, pero las aceitunas utilizadas en su elaboración son de menor calidad.
Aceite de oliva: Este es el aceite almacenado en grandes cantidades en los estantes de los supermercados. Es generalmente una mezcla de aceites, básicamente aceite de oliva virgen mezclado con un aceite de oliva refinado de menor calidad. Aunque es de menor categoría, es apto para consumo humano.
Aceite de oliva de orujo: este es un aceite de oliva muy refinado, es decir, el residuo que queda del aceite virgen extra y el refinado. Es de un grado muy bajo y suele ser muy barato. Se debe utilizar para otros fines, como tratamientos cosméticos, en lugar de para cocinar o aliñar ensaladas
Ojo con el aroma y sabor. Si al destapar su botella de aceite, usted percibe un olor parecido al de las aceitunas en conservas, es posible que ese aceite esté defectuoso; en cambio, si su aceite presenta un aroma parecido al de la rúcula, hierba fresca recién cortada o manzana verde; y al probarlo, se destaca un picor amargo característico de las aceitunas que todavía no se han cosechado, habrá elegido correctamente.
El color no depende de la calidad. Los aceites de oliva tienen colores que pueden ir desde tonos amarillos hasta verdosos, pero estos jamás inciden en su valoración.
Varios portales gastronómicos coinciden en que la calidad de un buen aceite de oliva no está relacionada con su color, sino más bien con el mes en el que recogieron las aceitunas, el tipo de aceituna y su grado de maduración.
De hecho, señalan que para realizar catas se utilizan vasos azules para que el catador no se fije en el color del aceite de oliva, sino que se centre en su aroma y sabor.
Recuerde, además, que no siempre la marca más conocida o el más caro será el mejor aceite.