Guías interpretativos para recorridos con emoción

Guías interpretativos para recorridos con emoción

POR MARGARITA QUIROZ
En países donde la economía está sustentada principalmente por el turismo, como es el caso de la República Dominicana, los guías turísticos deben ser mercadólogos de sus principales atractivos. La exactitud y veracidad de las informaciones en torno a un patrimonio determinado y, ante todo, la forma cómo éstas son suministradas es lo que se venderá frente al mundo.

De ahí que, un guía moderno no debe sustentar su trabajo en el suministro constante de datos y fechas históricas, sino que éstas tienen que ser la base para realizar un trabajo ameno e interactivo con el interés de que el visitante viva la emoción que significa estar ahí.

Se trata de formar guías interpretativos que brinden al turista información veraz, si es posible auxiliado de fotografías, recortes de revistas o periódicos e imágenes audiovisuales, para que a raíz de esto surjan interrogantes en lugar de hacer un recorrido «a la carrera» por el recurso en cuestión, repitiendo a cada hora los mismos datos. Cuando en este caso se habla de recurso se refiere al patrimonio, parque, museo, playa o resort que el guía tiene que presentarle al público.

Antes de emplear estas técnicas, el guía primero debe ser un enamorado de su país, tiene que mostrar con orgullo los atractivos que posee y, si es posible, contar una que otra anécdota relacionada al recurso.

En fin, un guía interpretativo debe «vivir» el recurso que presenta y hacer todo lo posible para entusiasmar al visitante con el interés de que vuelva o transmita a otras personas lo aprendido.

Esta es la visión de las profesoras Amy Lethbridge y Marienna Muriel, ambas entrenadoras de Interpretación Certificada de la National Association for Interpretation (NAI) de los Estados Unidos, quienes visitaron el país invitadas por el Grupo de Estudios de Turismo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), en coordinación con la empresa Recrealia.

Sí los zoológicos, los acuarios, los sitios históricos, los parques naturales, las áreas protegidas, los museos, los jardines botánicos, las compañías de cruceros y las agencias de viajes entrenan a su personal con el mismo estándar básico, tenemos la esperanza de que la calidad general de los servicios interpretativos personales continuará mejorando, explican.

Las expertas impartieron por cuatro días el curso para formación de guías interpretativos, el cual tuvo como meta dar a conocer los conceptos básicos en el ámbito de la interpretación del patrimonio cultural y natural.

De acuerdo a Lethbridge y Muriel la interpretación es un proceso de comunicación que produce conexiones emocionales y cognitivas entre los intereses del público y los significados inherentes al recurso.

Se trata de una nueva forma de trabajar los recursos culturales y naturales para hacer posible un acercamiento diferente y alternativo que estimule a la investigación a quien presente el recurso. La esencia es presentar el recurso como algo relevante y, además, de una forma amena y temática.

Igualmente, esta corriente persigue convertir al visitante en un apasionado del recurso presentado, es decir, establecer un vínculo entre el lugar y el visitante.

La corriente de formar guías interpretativos surgió en Estados Unidos y se está dando a conocer específicamente en países que viven del turismo con el propósito de incrementar la afluencia de turistas y por ende sus economías.

Uno de sus objetivos principales es dar a conocer prácticas innovadoras en el ámbito de la interpretación del patrimonio cultural y natural, la planificación y la animación de los contenidos con el fin de motivar el acercamiento y la conservación de los recursos del patrimonio cultural de un territorio por parte del público local o visitante para su disfrute educativo y turístico.

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