El ex-precandidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Guido Gómez Mazara se mostró hoy totalmente convencido de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidará el proceso convencional de esa entidad política debido a «la montaña de pruebas que presentamos».
El As bajo la manga de Guido es una sentencia evacuada por la entonces Cámara Contenciosa que en 2009 que declaró como nulo y violatorio de la Ley Electoral que una persona quiera transformar una asamblea ordinaria en una asamblea extraordinaria, documento firmado por los mismos actores judiciales del sistema actual.
Dicha sentencia fue rubricada por el hoy presidente del TSE, Mariano Rodríguez, y John Newton Güiliani Valenzuela, miembro, quienes a la sazón fallaron a favor de que la medida conculcaba derechos fundamentales y violaba el artículos 202 de dicha ley.
Al dirigirse a los televidentes de «El Día» Guido estableció que el electo presidente y proclamado candidato por el PRD, Miguel Vargas estaría, en un acto desesperado, procurando que «en situaciones de hecho se imponga el derecho»
Guido dijo además que Miguel Vargas, «Con una acción mediática pretende crear una ambientación para que en el espíritu de los perredeístas en la sociedad, diga: -‘es una acción de hecho’ y no haya ningún tipo de reacción, bueno, pues se equivocaron.»
«Quiero decir con tranquilidad, sin excesos, que el día 30 se va a conocer el fondo del proceso -y evidentemente- la nulidad de la convención ordinaria arrastra todo el proceso y por vía de consecuencia, quiero decir que no se entusiasmen, porque tenemos todos los elementos de carácter legal depositados por ante el TSE».
Asimismo Guido volvió a citar ante la opinión pública el rosario de inconsistencias detectadas en la XXX Convención Nacional del PRD y que sometió como elementos probatorios, entre los que se cuenta que en diferentes mesas, en un mismo centro electoral, firmaran el mismo secretario y el mismo presidente.
Señaló que conforme a un estudio, de las 327 actas que depositó Vargas habrían 270 falsas, 30 adulteradas, mientras que solo 18 serían válidas.
Otra prueba que el ex candidato espera el TSE acoja es la del tiempo, la cantidad de personas que votaron y la cantidad de mesas, cuyo cálculo -argumentó- es matemáticamente imposible y puso como ejemplo que de acuerdo a ese ejercicio en San Cristóbal habrían votado ocho personas por minutos, en Santiago, siete por minuto y en pedernales, cinco.