Guido (Yuyo) D’Alessandro, un hombre íntegro que luchó en contra de la dictadura

Guido (Yuyo) D’Alessandro, un hombre íntegro que luchó en contra de la dictadura

Guido (Yuyo) D’Alessandro pasará a la historia política nacional como un hombre que teniendo todas las posibilidades de ser un colaborador de la dictadura de Trujillo, prefirió asociarse en la clandestinidad con su tío Manolo Tavares, formar parte fundadora del Movimiento 14 de Junio, para conspirar contra la dictadura de Trujillo; pero además Yuyo fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), un político humanista y cristiano.

Guido (Yuyo) D’Alessandro estará en la historia dominicana como un hombre que participó en la fundación del “14 de Junio”, y del Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), dos instituciones políticas donde se formaron hombres íntegros, capaces, honestos, y con formación, que hemos brindado un gran aporte al país, no sólo en la vida política, sino también en la vida privada.

Nadie podrá regatear los aportes de éstos dos movimientos, donde Guido D’Alessandro fue cofundador, como forjadores de hombres y mujeres con ideales humanistas, de una generación nueva y distinta  en la vida nacional.

Yuyo murió el pasado lunes santo, 18 de abril 2011, a los 79 años de edad.

El 6 de  enero de 1959 en una reunión familiar efectuada en la residencia de Guido D’Alessandro, donde se encontraban Minerva Mirabal y su esposo Manolo Tavarez Justo,  María Teresa Mirabal y su esposo Leandro Guzmán y otras personas,   se pasó revista a la situación política creada en el Caribe, y muy particularmente a la cubana después del triunfo de Castro. El grupo  examinó por la posibilidad de organizar un movimiento para el derrocamiento de Trujillo y por iniciativa de Minerva Mirabal se constituyen en un celular política, que luego de la fracasada invasión del 14 de junio de ese año, tomaron esa fecha para promover el movimiento “14 de junio”. En esa reunión se discutió la idea de combatir políticamente a Trujillo, a partir de ahí el líder indiscutible fue Manolo Tavares.

Guido D’Alessandro fue el responsable de finanzas de la naciente organización clandestina.

Al desvelarse el complot  obligó a  Guido D’Alessandro permanecer escondido durante varios meses, buscado por todos los servicios de inteligencia y militares de la dictadura, él logró evadirlo, luego partió espectacularmente  y fue a vivir en el exilio.

Conocí a Yuyo casi a su llegada a Nueva York, donde yo residía como exiliado, y tuve mi primer contacto con él para hacerle una entrevista que me pidió que se la hiciera Bienvenido Hazim Hegel, que era el representante del Movimiento  Pro Liberación Dominicana, del cual era yo el Secretario Juvenil.

Lo que él me contó no me convenció y redacté un informe político indicando que era una persona sospechosa, pues no tenía motivos para abandonar la dictadura de Trujillo, por sus lazos de amistad con la familia del Dictador. Yuyo era hijo de un ingeniero italiano que construyó el Palacio Nacional, sede del gobierno, nieto de Isabel Mayer, la mujer más influente durante la dictadura de Trujillo, y concuñado de Ramfis Trujillo,  pues estaba casado con la hermana de la esposa del hijo del dictador.

Varios meses después fui convocado, en Nueva York, a una reunión para tratar sobre la creación de un partido social cristiano. Estaban presentes varios jóvenes que acababan de llegar de Santo Domingo, y esa reunión era presidida por Alfonso Moreno Martínez, Mario Read Vittini y Guido D’Alessandro.

Ellos explicaron que regresaban de Venezuela, y quedaron impactados al escuchar una conferencia del Padre Joseph Lebret, francés, discípulo de Jacques Maritain, y consideraban que lo más importante para la República Dominicana era la creación de un Partido Social Cristiano, como lo que estaban funcionando en Chile y Venezuela, encabezados por Eduardo Frei y Rafael Caldera, respectivamente.

Henry Molina, que se encontraban también residiendo en Nueva York y yo, estábamos militando en la Juventud Obrera Cristiana (JOC), hispana, en Nueva York, y nos integramos a ese grupo, que en esos momentos actuaba como “DELEGACION DE AYUDA AL FRENTE INTERNO DOMINICANOS (DAFID)”.

Durante varias semanas trabajamos en diversos equipos para la constitución del partido, y  me integraron en el grupo de elaboración de los estatutos y el plan de acción, que estaba dirigido por Mario Read Vittini.

Después viajé a Puerto Rico, para participar de una beca que me ofreció la organización sindical AFL-CIO, para estudiar sindicalismo en la Universidad de Río Piedras, con un grupo de dominicanos que también estaban exiliado, y durante dos semanas estuve con Yuyo y Alfonso Moreno Martínez, coordinando algunas actividades en esa isla con dirigentes políticos puertorriqueños.

En todos momentos Yuyo fue, no sólo un asesor, sino un compañero, que me confiaba asuntos internos, familiares y políticos.

Henry Molina y yo, nos juntamos con otros cinco  jóvenes dominicanos que estaban exiliados en Argentina (Caonabo Javier Castillo, Prospero Morales y su hermano Prisco Morales, Juan Antoni Brea y Tico Harvey), que   por gestiones de Guido D’Alessandro logramos constituir un equipo para estudiar política, sindicalismo, asuntos agrícola y juveniles en Venezuela, auspiciados por el Partido Demócrata Cristiano Venezolano, que dirigía Rafael Caldera, y la Confederación Latinoamericana de Sindicalistas Cristianos (CLASC), que orientaba Emilio Máspero, para la región del Caribe.

El grupo encabezado por Guido D’Alesandro, Alfonso Moreno Martínez, y Mario Read Vittini, regresaron al país en el mes de noviembre del 1961, y crearon el PARTIDO REVOLUCIONARIO SOCIAL CRISTIANO (PRSC), el del machete verde.

Nuestro grupo regresó al país a fines de enero de 1962, e inmediatamente creamos la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), la Federación Dominicana de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), y nos integramos a una labor de coordinación ideológica con el PRSC, el Bloque Revolucionario Universitario Cristiano (BRUC), y la Juventud Revolucionaria Social Cristiana (JRSC), donde coordinábamos actividades conjuntas, pero cada organización mantenía su independencia y autonomía.

En la etapa inicial del movimiento social cristiano dominicano, la residencia de Yuyo D’Alessandro, en la Calle Galván, era el centro de encuentro de todos los sectores, una habitación de reuniones, con aire acondicionado llamado “El Cuarto Frio” era un sitio de tertulia permanente, donde compartían los miembros del partido, los sindicalistas, los estudiantes y los campesinos, todos siempre tratados con la misma amabilidad y cortesía, tanto por Yuyo, como su madre Doña María, su esposa Josefina, y de su hermano mayor Armando, que aunque era un prospero empresario, siempre compartió los ideales del cristianismo social. La casa de Yuyo era un sitio de encuentro social y político.

Yuyo D’Alessandro estaba al tanto de todo,  siempre le gustó conspirar, frente a todo.

En orden ideológico siempre la gustaba tratar el tema de la subsidiaridad, lo cual trataba muy bien.

Muchos socialcristianos que éramos del interior, muchas veces dormíamos en su residencia, y él cuando visitaba el interior prefería pernotar en casas de familias en lugar de hoteles.

Guido D’Alessandro participó, en octubre de 1962 al 1er. Congreso Nacional de Trabajadores Dominicanos, organizado por la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), que se celebró en el local de la Hermandad Cigarrera, de Santiago; y meses después en el 1er. Congreso de la Federación Dominicana de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), que se realizó en el local “Madre y Maestra”, en la Vega, demostrando su solidaridad con los trabajadores dominicanos.

Cuando la CASC organizó el Primer Seminario Internacional de sindicalismo, principios y valores, uno de los profesores invitados fue Guido D’Alessandro, que trataba los temas económicos con mucha facilidad.

Compartí con Yuyo la tarea de organizar el Comité provincial del PRSC en Santiago, donde participaron Flavio Darío Espinal y su esposa Nurys Jacobo, Jorge Lama, Francisco José Bidó, Mary Jerez, Elsa Brito, Juanita y Liliana Pichardo, José Bisonó, y otros familiares, Luís Jacobo, Donald Gómez Cerda, Yolanda Gamborena, y otras personas más.

También acompañé a Yuyo, en Moca, en una reunión con el grupo de mayor formación ideológica del socialcristianismo dominicano, entre los que se encontraban Artagnán Pérez, Abigail Cruz Infante, Dorito Acosta, Darío Bencosme, Nino Compres, el Padre Cruz Méndez, Alberto Peña Lebrón, Alberto Guzmán, y otros.

En las actividades del  inicio del socialcristianismo en la República Dominicana, de la cual Guido D’Alessandro fue uno de los grandes promotores, tuve la ocasión de compartir con otros jóvenes en esa época, entre ellos a Ignacio Miranda, Guiseppe Rimoli y sus hermanos, Jhonny Martínez, Abrahán Medina, José Joaquín Puello, Fernando A. Battle Pérez, Bernardo Defilló, Tom Lluveres, Enrique de León, Leonel Rodriguez Rib, Freddy Madera, Guillermo  Caram, Romeo Yiná, Pablo Nadal, Victor Hidalgo Justo, Humberto (Titico) Ruíz, Agustín Heredia, Pedro Gil Iturbides, Miguel Cocco, Andrés Lockward, Lucas Rojas, Rafael Francisco Bonnelly, Yía Valverde, Nelson Eddy Carrasco, Chico Córdova, Novel Alfonso, Carlos Pimentel,  Yaqui Núñez del Risco, “MONCHU” Pons, Guarionex de la Rosa, Adriano de la Cruz, Antonio Rosario, César Estrella Shadalá, y mujeres excepcionales como Josefina Padilla, Eulalia Flores, Nidia Puente Milagros Prat, Vicenta Lamort, y otras.

Tuve también el privilegio de compartir, especialmente en el mundo de las ideas del socialcristianismo con jóvenes, en esa época, que teníamos interés en la doctrina social cristiana, como eran Juan Bolívar Díaz, Antinoe Fiallo, Dagoberto Tejada, Quico Tabar, Quique Acevedo, cholo Brenes, Josefina rijo, bienvenido Brito, Julio Cross Beras, Marco Aurelio Juliao, y su madre, Lorenzo Cueto, José González Cano, Eduardo Alvarez, Caonabo Javier Castillo; y otros más adultos como eran Carlino Gonzalez, Mejía Feliu, Luis Martinez Pina, Pilía Moreno Martínez,  Héctor Livio Peña ,Francisco Cruz Maquin.

Estos grupos, donde participaba Guido D’Alessandro, discutíamos y analizábamos el pensamiento político de Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, Joseph Lebret, Giorgio La Pira, Joseph Folliet, las encíclicas sociales, y a los latinoamericanos: Cornejo Chavez (Perú), Franco Montoro y Alceu Amaoroso Lima (Brasil), Eduardo Frei (Chile), y Rafael Caldera (Venezuela).

Con el sector sindical Guido D’Alessandro tenía particular afecto con sus dirigentes, entre ellos Henry Molina, Gabriel del Rio, Porfirio Zarzuela, y los dirigentes campesinos Luis Estrella, Ramón Vázquez, Rafael Bencosme.

Guido D’Alessandro mantuvo siempre buenas relaciones internacionales, especialmente con dirigentes socialcristianos latinoamericanos como Rafael Caldera, Hilarión Cardozo, Arístides Calvani y Luis Herrera Campis, de Venezuela, Eduardo Frei, Radomiro Tomic, , Franco Montoro, de Brasil; con dirigentes políticos italianos, entre ellos RoccoButtuglioni, y dirigentes de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), entre ellos con  Bryan Palmer, encargado de relaciones con América Latina, así con dirigentes de la Fundación Konrad  Adenauer de Alemania, especialmente con Manfred Huber.

 

Guido D’Alessandro participó en  varias reuniones de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), y mantuvo cordiales relaciones con sus principales dirigentes, así como con el Instituto de Formación de la Democracia Cristiana(IFEDEC), cuando tenía su sede en Caracas, Venezuela.

Asimismo con dirigentes sindicales como Emilio Máspero, José de Jesús Plana, Carlos Moris y  Eduardo García Moure.

Yuyo siempre fue un católico militante, fiel participante de la Parroquia San Juan Bosco, que era su barrio, situación que siempre defendió pública y privadamente.

Las relaciones de Yuyo con Alfonso Moreno Martínez fueron de mucho respeto. Fue Yuyo quien propuso que el candidato presidencial del PRSC fuera Alfonso Moreno Martínez, acompañado con Josefina Padilla como candidata a vicepresidenta, en momentos en que las mujeres tenían poca incidencia en la política nacional.

Situaciones internas debilitaron al partido revolucionario socialcristiano, lo que motivó que se estancara en sus proyecciones, sin embargo, nadie puede regatear que esos jóvenes que se formaron políticamente por medio del PRSC, en la JRC o el BRUC, han demostrado históricamente que fueron escuelas de formación de líderes honestos, serios y responsables, no sólo el grupo que inició, sino los relevos que se involucraron en el socialcristianismo.

Este relato se refiere específicamente a los dos primeros años de la creación del Partido Revolucionario Social Cristianos (PRSC), durante el cual Guido D¡Alessandro era el Secretario General. Es posible que otras personas tengan mayores informaciones y conocimientos de la vida de Yuyo en sus actividades políticas posteriores a estas fechas, lo cual resultaría muy importante por la diversidad de actividades de este personaje de la vida pública nacional.

Los fundadores del socialcristianismo, que son mucho más que los que he mencionado, luego se dispersaron en diversos grupos:

1.    Unos crearon los Comités Revolucionario Camilo Torres (CORRECATOS).

2.    Otros se integraron al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

3.    Algunos abandonaron la política.

4.    Otros nos quedamos independientes, y continuamos la lucha.

Pero todos  agradecemos la formación en la Doctrina Social Cristiana, que adquirimos, y hemos aplicado nuestra formación de diversas formas, que distinguen en la forma de pensar y actuar, haciéndolo con honestidad, capacidad y conciencia, entendiendo que lo más importante es la persona humana, el respeto a su dignidad, la familia, el trabajo, la justicia social y el bien común.

Todos, aunque no estamos alineado en un mismo movimiento, agradecemos a Guido D’Alessandro, Alfonso Moreno Martínez y Mario Read Vittini, que aportaran un partido político en un momento histórico del país, para crear y formar nuevos hombres y mujeres que con  ejemplos poder decir orgullosos que somos socialcristianos.

La trayectoria política de Guido D’Alessandro lo llevó a ser Embajador en Venezuela, Secretario de Estado de Industria y Comercio, presidente del IDECOOP, administrador general de Seguros San Rafael, Diputado, Embajador en Italia y Holanda,  Vicesecretario de Estado de Relaciones Exteriores, etc.

La desaparición de Guido D’Alessandro como luchador antitrujillista, cofundador del movimiento 14 de Junio, exiliado, cofundador del Partido revolucionario Social Cristiano (PRSC), funcionario público, diplomático y otras funciones públicas, lo hacen merecedor del reconocimiento que recibió en los actos fúnebres de su partida.

Sus hijos  Guido (Guiducho), Gina, Giovanni, Giancarlos y Giuseppe D´Alessandro, deben sentirse orgullosos de su padre, como lo estamos quienes compartimos parte de nuestras vidas con Guido (Yuyo) D’Alessandro.

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