Hay malas noticias en los predios de La Romana y es que su gran trabuco ofensivo acaba de sufrir una baja muy sensible.

El jardinero José Guillén dejó al conjunto de los Azucareros del Este luego de fracasar los intentos de llegar a un acuerdo contractual con la gerencia de la franquicia.

“No voy a seguir jugando. Pablo y yo llegamos a un acuerdo y después no se quería cumplir en un 100 por ciento”, declaró Guillén al ser contactado por el Periódico Hoy, aunque no quiso revelar cuál fue el punto en el que se le incumplió.

Guillén se unió a la escuadra morada para los últimos tres partidos de la temporada regular, en los que conectó ocho indiscutibles y participó en el primer juego del round robin, el cual fue perdido por los Toros.

Declaró que estaba dispuesto a hacer todos los viajes, a ir a todos los juegos y a fajarse cien por ciento por los Azucareros, pero “no soy un muchacho y se me prometió algo, pero no se cumplió”.

Además, el hombre que había sido usado como bateador designado en los partidos de los Azucareros, fue golpeado en una mano durante el partido del viernes ante el Licey y no quería arriesgarse demasiado.

Guillén firmó un contrato para jugar en las Grandes Ligas con los Angelinos de Anaheim, el cual le reportará más de US$10 millones para las próximas tres temporadas, incluyendo un bono de US$2 millones solo por firmar con los campeones mundiales de la temporada del 2002.

El jardinero pidió disculpas a los fanáticos de los Toros y al pueblo de La Romana en general, asegurando que su decisión de alejarse del equipo no tuvo nada que ver con ellos, sino un asunto gerencial.

Los Azucareros clasificaron en la cuarta posición del torneo, registrando marca de 26-24 y asegurando su pase al round robin el último día de la temporada regular, beneficiándose de los batazos de Guillén.

El nativo de San Cristóbal pidió a la gerencia de los Azucareros, encabezada por Pablo Peguero, que no le contacten o tratan de convencerlo de que regrese a jugar pues su decisión es final.

Guillén fue adquirido por los Azucareros del Este en el draft de repartición de talento, luego de haber sido dejado sin protección por los Leones del Escogido, equipo al que perteneció hasta la pasada temporada.

En el 2003 jugó con los Rojos de Cincinnati y los Atléticos de Oakland, donde registró una tremenda actuación y terminando la temporada con números sumamente atractivos.

En general tuvo un promedio de .311 con 31 cuadrangulares y 86 remolcadas dividido entre la Liga Nacional y la Americana.