POR AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
SAN JUAN-PUERTO RICO.- Unas 25 piezas de rigurosa factura al óleo sobre tela, extraordinaria síntesis expresiva y notable calidad estética, conforman la exposición individual que el consagrado pintor dominicano Guillo Pérez esta presentando durante todo el mes de octubre en los espacios de Uri Art Gallery, activa galería de arte dirigida por Raquel Espinosa y localizada en el 501 de la Ave. Andalucía, en Puerto Nuevo.
Entre las obras mas impactantes destacan: Tierra Adentro (la cual le da título a la exposición), Cañaveral, Palmar y Trapiche, Hombres y Vagones, Cañaveral y Montaña, Zafra y Caserío, Bueyes en el Cañaveral y Gallos en el Paisaje.
La apertura de dicha muestra tuvo efecto la noche del jueves 7 de octubre y en la misma hicieron acto de presencia varios artistas reconocidos y coleccionistas puertorriqueños importantes, así como un entusiasta grupo de admiradores dominicanos y otros amantes de su obra procedentes de diversos paises del Caribe, Europa y los Estados Unidos.
Dos días antes (martes 5 de octubre), Guillo Perez disertaba visiblemente emocionado sobre su formación, obra y trayectoria personales en la sede de la Cámara de Comercio de Puerto Rico. En la ocasión, el Gran Maestro de la pintura dominicana fue introducido formalmente por Antonio De Los Santos, Gerente de Eventos Institucionales de la Cámara de Comercio de Puerto Rico; Cecil Regalado, Vicepresidente de Consulting Resources Group; Raquel Espinosa, Directora de Uri Art Gallery, y Palmira Romero Molina, coordinadora de Uri Art Gallery y socia activa de la Cámara de Comercio de Puerto Rico.
En su apasionada, siempre divertida y reveladora disertación, Guillo Pérez recordaría sus inicios adolescentes en los años 40, pintando los juguetes populares confeccionado por su padre y sus primeras lecciones en el taller de su tío Yoryi Morel en Santiago de los Caballeros. La clave de todo lo que he llegado a experimentar y a lograr con el arte es el trabajo de todos los días, de todas las noches, de todos los meses, de todos estos años. La clave es la persistencia en el estudio de los impresionistas, de Cezanne, del Expresionismo Abstracto, de Torres García. Es el trabajo religioso lo que siempre he tenido por delante y eso es lo único que hace posible el surgimiento de los artistas verdaderos, sostuvo, mirando atentamente a cada uno de los asistentes, entre quienes figuraban estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Cultura Puertorriqueña, artistas, comunicadores, especialistas del arte latinoamericano, distintos profesionales y socios distinguidos de la Cámara de Comercio de Puerto Rico.
Desde 1952, Guillo Pérez desarrolla una intensa labor docente como profesor -fundador en la escuela de Bellas Artes de La Vega. En 1958 obtiene el Premio Editora del Caribe de la IX Bienal Nacional de Artes Plásticas. En 1960 obtiene Premio en la X Bienal Nacional. En 1970 participa en el II Festival Internacional de la Pintura de Cagnes-Sur- Mer, Francia y obtiene una Mención de Honor. En 1971 participa en la Conferencia Mundial de Comercio UNTAC, Santiago de Chile.
En 1970 fue designado profesor y director de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo. Posteriormente fue designado catedrático de arte en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. En 1979 participa en Carifesta, La Habana Cuba. En 1995 el gobierno dominicano le otorga la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Caballero, en ocasión de sus 50 años de trayectoria creativa. Sus obras se encuentran en importantes colecciones publicas y privadas en Republica Dominicana, Panamá, Honduras, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Brasil, Argentina, Bolivia, Puerto Rico, Cuba, México, Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Italia e Israel.
Desde mediados de los 60, la obra pictórica abstracta de Guillo Pérez se caracteriza por los empastes amasados de manera vigorosa y por los tonos profundamente cálidos y expresivos. Hacia esta época, el elemento informal y las estructuras geométricas de sus composiciones se mantienen en formulaciones de un estallido lírico que celebra las maravillas de la naturaleza y las tradiciones culturales de su pueblo.
Sin embargo, en sus pinturas recientes accedemos al territorio de la simple efectividad en una incontrastable paisajística vitalizada por la presencia de la arquitectura vernácula, los palmares, los arrozales, los gallos, los bueyes, las carretas, las chimeneas, los trapiches, los soles ardientes, las aguas traslúcidas y los aires purificadores.
Homenaje al Caribe, presentada desde el 3 hasta el 28 de marzo del 2000 en el Museo de las Américas, fue el título de la última exposición individual del consagrado pintor dominicano Guillo Pérez en Puerto Rico. En el discurso de apertura de la muestra, el Dr. Ricardo Alegría reconocía justamente a Guillo Pérez como una de las mayores glorias de la pintura latinoamericana de la modernidad. Con su homenaje a las islas, el Maestro estaba celebrando sus 50 años de actividad artística ininterrumpida, obsequiándonos con una magnífica muestra en la que resaltaban la sutileza del color y la extraordinaria síntesis formal, así como la virtuosidad en la construcción de su luminoso y cristalino universo pictórico.
Ahora, Uri Art Gallery, acoge nuevamente a Guillo Perez en Puerto Rico con una excelente selección de obras recientes que reafirman su maestría y su consagración como uno de los máximos taumarturgos del color y la materia en la pintura caribeña de las últimas cinco décadas. Así, el sabio Maestro retorna Tierra Adentro, vitalizando de forma única una propuesta estética que proclama y celebra pictóricamente lo esencial. La fuerza de mi tierra es lo que me motiva a pintar el color del trópico, la gloria del mar, los campos de caña y la dura labor de sus hombres, esas son mis fuentes de inspiración permanentes. Así declara Guillo Perez su insaciable búsqueda de la espiritualidad a través de la pintura. Su intención de representar la esencia de la vida, la existencia, los seres y las cosas a través del sentido o el sentimiento de la tierra y de la naturaleza.