Guloya celebra 25 años con colorido; tono caribeño al Calderón y sus sueños

Guloya celebra 25 años con  colorido;  tono caribeño al Calderón y sus sueños

 

Teatro Guloya, con La Vida es Sueño: orgullo, compromiso y la rica experiencia de un largo trayecto, cursado letra a letra, escena a escena, de un cuarto de siglo, con o sin el oropel de los premios….solo el arte permanece.

Cierto que ya Claudio y Viena, no son la joven pareja enamorada de si misma y su pasión esencial, y que , llegados de Cuba nos hicieron un alto a la atención por la meticulosa gesticulación de un desempeño escénico que clamó por la atención de todos.

También es cierto que ambos han demostrado esa virtuosa capacidad de hacer de sueños, realidades palpables, tanto como haber completado 25 años de representaciones y hacerlo con un clásico complejo, barroco y demandante, a la cual imprimir el colorido acento de caribe: La vida es sueño, de un tal Pedro Calderón la Barca, transformado en un clásico continuador de la dramaturgia de Lope de Vega.

Cierto que ya no son dos muchachos y que ahora tienen responsabilidades mayores, una familia que les ha tomado el tono del arte, un proyecto, el mismísimo Teatro Guloya como expresión una actitud de desafío al desaliento y la rutina en lo teatral, y cierto que decidieron festejarlo con el mayor de sus desafíos: el montaje de un clásico que enseñorea la existencia, saca el filo necesario a su planteamiento existencial sobre la libertad como opción fundamental de la humanidad y del ser.

Acertada la adaptación de La Vida es Sueño, de Teatro Guloya de una pieza exigente, estrenada en el verano de estrenada en 1635 y perteneciente al movimiento literario del barroco, periodo de brillo singular en el cual se destacó el teatro en tanto género literario al tiempo de alcanzar su pináculo como espectáculo de la época, durante el cual se conformaron los teatros nacionales en Europa: la Commedia dell’Arte en Italia; el Siglo de Oro en España, y que hizo destacar como dramaturgos a Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca y a William Shakespeare.

El montaje

Claudio Rivera debió haberse tomado su tiempo tras la decisión de conmemorar 25 años de teatro, con un montaje trascendente, quien hizo la selección adecuada de los talentos.

Segismundo (Vic Contreras), personaje principal, y que muestra un proceso de evolución desde un alma reprimida y reflexiva, condicionada por su prisión en la torre, en procura de venganza pero piadoso cuando debe serlo. Contreras es un diamante en proceso de pulimiento escénico, al cargar con el peso de las directrices argumentales.

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