Ha llegado la hora del moro

Ha llegado la hora del moro

Todos comemos arroz. Su cultivo ocupa la mayor superficie apta para siembras por rubro, consume más agua que toda la agropecuaria junta, y hasta que el Golf; ocupa más gente que cualquier otra producción; genera riqueza directa e indirecta en nueve provincias. Es el rubro, con 300 molinos y factorías, que provoca más competencia en su procesamiento.
Y, dispone de decenas de silos de bíblico-balagueristas que nunca sirvieron, ni sirven ya, para nada; además, de tantas asociaciones y agrupamientos como puedan hacerse, multiplicados por 2.37, menos la de “minifundistas sembradores de arroz”, tan abundantes como son.
Y su producción local está condenada a muerte.
Los que precipitaron la adhesión al DR-CAFTA, hace ya 16 años, perpetuaron esa iniquidad, que hoy constituye más que una tragedia, un desafío, precipitado por haber asumido como propio el interés estratégico estadounidense, vía una simple adhesión a lo negociado con Centroamérica.
Hoy, el hecho cumplido está cobrando una vieja deuda, posponiendo para estos días el sino asumido en aquella gestión caracterizada por la indigencia.
Entonces, se estableció un calendario de cuotas crecientes y gravámenes decrecientes que dosificaron lo aceptado en unos 19 Items del Arancel y procedencia de los mismos.
Ya, desde 2015, Tocino de Cerdo, Trozos y Despojos de Pollos, Leche Líquida, Mantequilla, otros quesos salvo Chedar y Mozarella entran sin impuestos y sin límites.
En el 2017 se incorporan, libres, Grasa de Cerdo, Carne de Pavo y Helados.
Veamos el moro en sus componentes:
Las habichuelas desde Nicaragua, que se contemplan aparte, tienen una modesta cuota fija de 1,800 Tm hasta el 2025, con Arancel 0 desde el 2010, por ese volumen menor no se sintieron; sin embargo, de las habichuelas en general, que agotan su ciclo en el 2020, debe decirse que ya en el 2016 se importaron 7,500 Tm. con un impuesto de 25% del arancel, y el Valle de San Juan está desolado.
En cuanto al Arroz, en el 2016 se importaron 17,700Tm. con un gravamen del 55% del Arancel y el cataclismo es en el 2025, cuando las cuotas perderán los límites y los impuestos decrecen hasta 0.
Ya firmado el DR-Cafta se hizo conciencia del desaguisado, se invocó en la OMC la “Rectificación Técnica” que estableció cuotas y plazos para amortiguar el golpe. Se dijo entonces que ello permitiría corregir costos y productividad. Y, a dormir se ha dicho; tres lustros y dos partidos pasaron sin hacer nada, desde el Estado.
Desde el sector privado, Frank Tejada, que opera en arroz más de 3,000 tareas, y vigila sus costos, ha sustituido áreas importantes con plátano y cacao junto al Camú.
Tal vez haya otros, pero no se ven.
Mientras en el arroz los precios finales los establezca el más ineficiente, los eficientes se enriquecerán por encima de sus méritos como productores y los consumidores, que somos todos, seguiremos pagando un precio superior al que pagaríamos si todo se importara.
Cuando hay excedentes, no hay compradores fuera.
¿Qué hacer ante tal desafío?
Uno, buscarle oficio al minifundio, que no da para arroz en ninguna parte.
Luego, lo que se escuchó predicar a Manuel Emilio González en TV, una y otra vez:
“Ordenamiento territorial con ZONIFICACION de cultivos, privilegiando el principal insumo: El agua.”
“Sustitución de cultivos en San Juan.”
“En la Línea Noroeste, donde el sol propicia altos rendimientos, las limitaciones de agua no aconsejan arroz.”
“¡Todo ha de concentrarse en el Cibao central y oriental (región Yuna), contemplando rotación de cultivos!”

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