Un análisis objetivo de la participación de la delegación dominicana en los recién pasados XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Barranquilla, Colombia, arroja un balance positivo al superar todas las expectativas, con resultados en el medallero general muy por encima de los obtenidos hace cuatro años en Veracruz, México. Si bien el país volvió a ocupar la quinta posición, la profusión de medallas fue muy superior, lo que pone de manifiesto que se llevó a cabo un mejor trabajo de concentración y preparación, aunque hay que reconocer que hubo algunos de nuestros deportes tradicionales que no tuvieron un rol destacado, cuyo espacio fue ocupado con creces por otras disciplinas emergentes en franco progreso.
Durante la primera etapa de competiciones hubo quienes se preocuparon por lo que parecía un exceso de triunfalismo a destiempo, pero tras avanzar y concluir el certamen se dieron razones válidas para festejar en grande, dejando atrás el “amargor” de los XXII Juegos en que el país no pudo superar la aspiración de conquistar alrededor de 100 preseas, totalizando apenas 77 (20 de oro, 34 de plata y 23 de bronce). En comparación, la cosecha de ahora tuvo un gran impacto en los medios locales al acumular 107 medallas (25 de oro, 29 de plata y 53 de bronce), quedando comparativamente como la nación con mayor índice de progreso. Pero hay que ser conscientes de que contamos con el potencial para alcanzar niveles muy superiores, aplicando una planificación más sistemática combinada con nuestro reconocido fenotipo
Al ponderar la actuación quisqueyana se debe saber que este quinto lugar con relación al de Veracruz, acercó mucho más a la RD al cuarto lugar alcanzado por Venezuela en la versión anterior, y además, quedó mucho más arriba de Puerto Rico que esta vez descendió a la séptima posición, por debajo de Guatemala que le correspondió el sexto lugar. Los tres primeros puestos fueron para México, Cuba y Colombia. Durante más de cuatro décadas la mayor de las Antillas no había descendido del lugar cimero en la región. En Veracruz los cuatro primeros lugares correspondieron a Cuba, México, Colombia y Venezuela.
Lectores han preguntado si el total de medallas obtenidas en Barranquilla ha sido el mayor y la mejor actuación del país en los anales de nuestra participación en el clásico. Veamos los siguientes datos: Con ocasión de los Juegos de San Salvador en el año 2002, la RD tuvo una muy destacada actuación al sumar 132 medallas, divididas en 35 de oro, 38 de plata y 59 de bronce, quedando en el cuarto lugar, solo detrás de México, Venezuela y Colombia. Pero Cuba no participó al entender que no recibió las garantías para el buen resguardo de su delegación.
En los Juegos de Mayagüez 2010, el pabellón tricolor descolló con 136 medallas (31 de oro, 37 de plata y 68 de bronce). En esa ocasión quedamos en el quinto puesto. Los cuatro primeros lugares fueron ocupados sucesivamente por México, Venezuela, Colombia y Puerto Rico. Cuba volvió a ausentarse, tras alegar falta de garantías de seguridad para sus representantes.
Ha quedado demostrado que cada vez que Cuba se ha ausentado, como ocurrió en los citados casos de San Salvador y Mayagüez, se abre un gran espacio para que otros países aumenten su caudal de medallas, entre ellos la República Dominicana, que ha obtenido su mayor cosecha en dos de esas circunstancias. En Barraquilla no hubo tales ausencias, fue un todos contra todos en el marco de fuertes competiciones; de ahí que la RD rubricó uno de sus avances más significativos en los anales del certamen. Hay motivos para augurar en futuro cercano el esperado gran salto cualitativo, con el impulso de las presentes autoridades del MIDEREC, al poner en vigor un nuevo modelo desde el sistema escolar en una histórica alianza con la cartera educativa y el sector privado, que ha sido la clave para el progreso de muchas naciones en el mundo actual. Ese es el real camino a seguir.