Para mantener a raya el colesterol, enemigo silencioso de todo ser humano, es recomendable asumir un nuevo  estilo de vida: consumir menos grasas, hacer más ejercicio, reducir el estrés… y por supuesto, apuntarse a la saludable dieta mediterránea.

Ésta consiste en consumir legumbres, mucho pescado, aceite de oliva, y frutas y verduras y, si su médico le indica tomar alguna pastilla, hacerlo. Ya verá que si no obvia estas recomendaciones en la próxima muestra analística estará mucho mejor.

Según un artículo escrito por Eva Hernando en la revista Prevenir, es recomendable reducir el consumo de grasas, sobre todo las saturadas, así como los alimentos procesados. Pero se aconseja eliminarlas del todo, porque un 30% de las calorías diarias que se ingieren deben provenir de las grasas, mucho mejor si son monoinsaturadas, como lo es el aceite de oliva, frutos secos, aguacate, aceitunas.

Las poliinsaturadas, como los omega 3 (atún, sardinas, salmón),  no se debe abusar, porque son  grasas que engordan y contienen muchas calorías.

Se debe incrementar el consumo diario de fibra dietética soluble, además de la que está presente en las  frutas, las verduras, las legumbres. Estas impiden que el intestino absorba una buena parte del colesterol que se ingiere con los alimentos grasos, arrastrándolo al exterior del organismo a través de las heces. Los vegetales, por otro lado, también son minerales y fitoquímicos, sustancias antioxidantes.

En cuanto a la carne, alimento lleno de proteínas necesarias para el organismo, se deben consumir pero con moderación.  No es que estas estén relacionadas, pero sí se sabe que los alimentos con mayor contenido graso y mejores proteínas, como lo es la leche, los huevos y las carnes rojas,  son ricos en  ácidos grasos saturados, los más dañinos y, muchas veces, la causa principal de enfermedades cardiovasculares.

Las claves

1. Consejo

Cuanto antes empiece a prescindir de los fritos, mejor para usted y los suyos.    

2.  Evite afecciones coronarias 

Romper con la vida sedentaria y empezar con una rutina de ejercicio todos los días; llevar una vida más tranquila, debido a que el estrés y sus síntomas (insomnio, cefaleas, cansancio, ansiedad, depresión, ponen en marcha al cortisol, una hormona que  favorece el aumento del colesterol y triglicéridos y  así aparecen las enfermedades cardiovasculares.