¿Habla, por fin, un PRD opositor?

¿Habla, por fin, un PRD opositor?

Una característica del rol de opositor que actualmente ejerce el PRD ha sido la timidez, la evasión de responsabilidades  y el silencio cómplice ante el tratamiento oficial a los problemas fundamentales del país. La explicación de esa actitud tiene que ver con la desunión y los conflictos internos, con la falta de liderazgo institucional, con la complicidad personal comprada por el gobierno a actores claves de dicho partido, y con el sentimiento de culpa y fracaso que han dejado varios gobiernos de dicho partido con respecto a los problemas nacionales.

También es claro que la imposición de la globalización y las políticas neoliberales y del FMI, han dejado a los antiguos ideólogos sin discurso y los nuevos no acaban de emerger.

Lo que esta denuncia o declaración contiene es tema de interés supremo de todos los sectores. Se pronuncia formalmente nuestra condición de narco Estado; no luce ser  otra cosa la afirmación de dicho partido, de que la estabilidad y el progreso económico de la nación dependen de manera muy significativa del lavado de  dineros de diversos orígenes, y del narcotráfico.

Lo que se ha dicho, no puede ser respondido de manera extraoficial por agentes diversos y dispersos del Gobierno o el partido gobernante, sino que amerita, desde todo punto de vista, un debate serio sobre la declaración perredeísta, formal y pública.

Deben los sectores de interés político, organizaciones empresariales, agrupaciones religiosas, medios de comunicación y aun los organismos internacionales, llamar a una discusión sobre el complejo, delicado e importante asunto.

Si vivimos en un narco-Estado, lo debemos saber a cabalidad. Y debemos todos conocer cuáles son las implicaciones de este “modelo”, porque se trata de eso, de un tipo de estructura económica, social y política, con fuertes raíces internacionales, que incluyen  la complicidad y anuencia culpable de gobiernos, entidades e intereses foráneos, muy a menudo de manera simulada, con dobles “performances” y hasta intereses rivales en los lugares de origen.

Si nuestro país ha devenido en un narco-Estado, o en uno que por sus altos niveles de dependencia de las economías subterráneas nacionales e internacionales, o peor, porque las potencias nos han confinado como basurero o destino de los desperdicios y las “imperfecciones” de sus magníficas sociedades y estados, debemos ponernos claros. Sobre todo para que no se  pongan al descubierto y se persigan solamente las consecuencias, lo superficial y lo aparente.

Por primera vez en mucho tiempo, el PRD habla sobre lo que interesa a todo el país. Lo que estos economistas están diciendo,  politizados o no, y méritos personales aparte, ha costado esfuerzo y riesgo decirlo. Y la sociedad dominicana ni la comunidad internacional debemos hacernos los desentendidos.

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