Hablando de rutina

Hablando de rutina

Siempre mencionamos que las necesidades inherentes al ser humano a buscar una vida en pareja, son la base de la motivación para las interacciones de la relación marital. Por supuesto, en el trayecto que va de la necesidad a la satisfacción de la misma, la interacción matrimonial se ve afectada por una serie de conflictos de muy diversa índole. Estos trances se forman en diferentes áreas y dinámicas de la vida marital y contiene los mismos aspectos de las necesidades y motivaciones que las originan, un aspecto propio de las necesidades individuales y uno relativo a los significados, tradiciones y construcciones sociales que regulan, limitan, simplifican o complejizan su existencia y su consecución.

Uno de los problemas que afectan más comúnmente al matrimonio es la rutina, puesto que con el paso del tiempo, las parejas se ven envueltas en una monotonía y aburrimiento. La rutina es uno de los mayores enemigos de cualquier relación cuando se llega a hacer y hablar siempre lo mismo, cuando ya hay falta de interés en lo que le ocurre al otro y cuando ya no sentimos ilusión ninguna por la pareja. Es por esto que hablando de rutina, nos referimos a esos hábitos adquiridos de hacer las cosas sin necesidad de reflexión. Es una especie de adormecimiento de la relación conyugal.

Por lo cual la comunicación es imprescindible para que tanto nosotros, como la pareja, sepamos en todo momento qué es lo que esperamos de la relación y en qué punto estamos cada uno. Quizás a nosotros nos ha empezado a agobiar la monotonía y el otro ni siquiera lo ha notado y se siente muy cómodo tal y como está. Por eso en todo momento, debemos conversar sobre nosotros, de nuestro hogar, de nuestra relación, de nuestros sentimientos…

Debemos evitar en todo momento perder la alegría y la emoción con nuestro compañero, es vital mantener siempre deseos de estar con él/ella y de realizar juntos actividades que nos interesen.

Debemos tratar de sorprender, de vez en cuando, a nuestra pareja con detalles y con nuevas ideas, con la intención de evitar caer en la monotonía y el abandono. No hay dudas de que el amor que sentimos por nuestra pareja y la creatividad, pueden ser nuestros mejores aliados.

Todos sabemos que todo proceso de enamoramiento surge de la admiración hacia la otra persona. Por lo tanto, la recuperación del amor que se ha ido desvalorizando por el acostumbramiento y la rutina en el matrimonio (lo cual, generalmente es un proceso normal que se puede evitar si se sabe cómo hacerlo) requiere volver a descubrir motivos para la admiración. El beneficio de revivir la admiración hacia la persona amada no se reduce a un renacimiento del amor, incluye también motivar a esa persona para que sea aún más y mejor.

“La admiración renovada, la admiración permanente, requiere también vivir con ojos siempre abiertos a la novedad y sorpresa de cada día, de cada hora, de cada momento. Así van llegando los pequeños, pero grandiosos descubrimientos que nos ayudan a profundizar en la vida de los seres amados y en la propia vida”.

Debemos a toda costa vencer la rutina, porque eso trae muchos beneficios al matrimonio y a la familia. Traerá gozo a la relación, estimulará el buen trato, mantiene la llama de la pasión viva, y trae mejor salud al cuerpo.

 

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