Hablar con uno mismo en alta voz es una práctica considerada descabellada y exclusiva de las personas que padecen alguna enfermedad mental.
Es común que al ver personas mantener un monólogo se piense que padece algún trastorno de la mente, como esquizofrenia.
Sin embargo, estudios realizados por prestigiosas universidades del mundo demuestran todo lo contrario, catalogando el diálogo con uno mismo como algo ventajoso.
Estas mismas investigaciones señalan que hablar solo no es indicio de locura, sino de éxito.
“Toda persona tiene un diálogo interno. Estas conversaciones, muchas veces, son pensamientos o sentimientos que uno escucha como si fuera la propia voz dentro de uno. Cuando este diálogo se externaliza, a veces pasa de forma desapercibida y la persona ni se da cuenta y es algo totalmente normal, ya que uno siempre está en conversación con uno mismo”, apunta Nicole Galván, psicóloga clínica, especialista en neurociencia.
Detalla además que hay estudios que señalan que el hablar solo puede ayudar a eficientizar el trabajo, ya que en tareas que requieren mayor concentración este diálogo ayuda a focalizarse mejor.
Galván explica que incluso, hablar solo es una forma de acompañarse y tener tiempo de calidad con uno mismo, de tener una relación con uno mismo y la capacidad de verbalizar sus emociones. Es un desahogo y rebaja la tensión emocional.
Entre las ventajas que señala Galván de esta peculiar práctica dice que hablar en voz alta ayuda a pensar mejor y en la toma de decisiones.
Hablar en tercera persona. Posiblemente cuando usted habla solo, lo hace de “tú a tú”. Pero, según un estudio de la Universidad Estatal de Michigan y la Universidad de Michigan (Estados Unidos) publicado en “Scientific Reports”, de la revista “Nature”, hablar consigo mismo en tercera persona en los momentos de estrés puede ayudar a controlar mejor las emociones.
La investigación revela que hablarse a sí mismo en tercera persona constituye una forma relativamente fácil de autocontrol, debido a que permite reflexionar sobre sus sentimientos en tercera persona.
Este mismo estudio establece que hacerlo de este modo “permite que se inicie un proceso de despersonalización que le hace coger distancia y ver las cosas desde otra perspectiva, de manera que le sirve como método para no dejarse llevar por las emociones ante situaciones como un encuentro importante o si tiene que decir algunas palabras en público”.
¿Cuándo es un problema? La especialista Galván alerta que cuando la persona verbaliza sus propios pensamientos es posible identificar que hay algún malestar. Si esta conversación viene con un contenido negativo en vez de frases motivadoras o que ayuden a sentirse mejor, como cosas que hagan daño o críticas hacia sí mismo, puede ser indicios de que esa persona puede estar entrando en un cuadro depresivo.
Detalla que muy al contrario de lo que se piensa, hablar solo no es el síntoma más evidente de la esquizofrenia, sino que son las alucinaciones, deterioro funcional del paciente, agresividad…
“Cuando una persona está acompañada ya sea por amigos o familiares y delante de ellos mantiene esta conversación consigo misma, sin importar lo que los demás puedan pensar de esta práctica, puede ser señal de alerta, debido a que por lo general se contempla que la persona mantenga su conversación en privado, cuando no hay personas”, concluye Galván