Hablemos de educación

Hablemos de educación

Quiero comenzar destacando que en un mundo ideal, la educación primaria sería universal y financiada públicamente, por lo que todos los niños podrían ir a la escuela más allá de la posibilidad o la voluntad de pagar de los padres. La razón es simple: cuando algún niño no adquiere los conocimientos básicos para actuar como un miembro productivo y responsable de la sociedad, la sociedad en su conjunto -sin hablar del niño individual- pierde. Evidentemente el costo de educar niños es ampliamente superado por el costo de no educarlos; e incluso la educación para las niñas tiene beneficios sociales especialmente sorprendentes: los ingresos son más altos y las tasas de mortalidad materna e infantil son más bajas en el caso de las mujeres educadas.

Ahora ¿qué significa eso a lo que llamamos EDUCACIÓN? Es ese proceso multi direccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Es ese proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual, por la que a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo.

Estoy muy de acuerdo con esta campaña que ha surgido sobre el 4% para la educación; pienso que nadie en su sano juicio debe oponerse  al reclamo de que el Gobierno cumpla  con la ley que ordena asignar este cuatro por ciento del Producto Interno Bruto a la Educación. Ahora, la ley que  dispone ese porcentaje del PIB al sector educativo data de 13 años y nunca se ha cumplido, por lo que me llama la atención que ese tema se ponga de moda de la noche a la mañana.

Es preciso preguntarse por qué los sectores  que patrocinan tan novedosa campaña obvian  debatir el tema de la calidad de la inversión en educación, que ha sido sugerido por el litoral oficial; y entiendo que en estos momentos es más preciso señalar cómo se invertirán los 85 mil millones de pesos que se reclaman incluir para  el sector educativo en el presupuesto del 2011.

Este tema de la educación debe ser prioridad constante y sonante anualmente de todos los gobiernos de países como estos, que tienen una tasa tan alta de analfabetismo, y donde cada vez es más notable la influencia en el crecimiento de la delincuencia. Imagínense cómo es posible que este tipo de sociedad pueda crecer y desarrollarse, si psicológicamente los niños/as no pueden asimilar la incoherencia de lo que se les pide o se espera de ellos, si en sus casas sus padres no los pueden ayudar a hacer la tarea porque no saben leer ni escribir, en radio y televisión muchas veces ven y escuchan disímiles parlamentos sin fundamentos ninguno y para colmo, dichos de manera incorrecta, como pedirles que trabajen de manera justa y honrada si el ejemplo que reciben es de padres, profesores o nanas con una increíble inestabilidad laboral, una falta de valor y respeto hacia el otro y peor aún hacia lo que más necesitan, lo cual demuestran preferir ganárselo o buscarlo de la manera más fácil, que por supuesto mayormente no es haciendo ningún bien. Esa informalidad, esa falta de valores, de honradez y de conciencia solo se puede erradicar educando a los pueblos, proponiendo la educación como un deber obligatorio de todos/as en la sociedad, circunstancia especial para la buena convivencia, la solidaridad y la paz.

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