Hablar de muralismo, arte urbano, grafiti, entre otras expresiones en esa misma línea, para casi la totalidad del siglo XX era considerado vandalismo o crimen callejero, razón por la cual eran perseguidos miles de jóvenes en diversas partes del mundo.
Ya para final de ese siglo y en lo que va del siglo XXI, estas expresiones han sido asociadas al fomento de las culturas locales y la diversificación del turismo interno.
Ejemplo de ciudades modelos en las que es visible este tipo de expresión lo son la East Side Gallery en Berlín; Melbourne, Australia; Los Ángeles, Estados Unidos.
También lo son Río de Janeiro, Brasil; Barcelona, España; El Salvador; Praga, República Checa; Seattle, Estados Unidos.
Y por supuesto, la ciudad que nunca duerme, Nueva York.
En República Dominicana, han surgido intentos por parte de diversas municipalidades en fomentar este arte, siendo la más exitosa y referente la que ejecuta la Alcaldía de Santiago de los Caballeros, al Norte del país, en sus últimos 6 años.
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Estos, se enfocan básicamente en reconocer la trayectoria de grandes personalidades del país en diversas áreas, pero no pierden el concepto de seguir siendo un arte urbano o muralismo en tiempos modernos. Cientos de personas se detienen a visitarlos, tomarse fotos, videos, dibujos, generando así un movimiento económico circular y turístico. Incluyendo la recuperación de espacios olvidados.
En el caso del Gran Santo Domingo, exceptuando el Distrito Nacional que ha tenido intentos en las zonas del Malecón, Colonial y otras, el resto se ha quedado atrás en el fomento de este tipo de espacios que con planificación a corto plazo tienen su éxito garantizado.
Incluso, el Distrito Nacional a pesar de los existentes no refleja una política definida y planificada en esa línea, pero para lo que no se hace en Santo Domingo Este; Oeste y Norte, significa mucho.
Se hace cada vez más necesario que los municipios del Gran Santo Domingo miren hacia este tipo de modelo de muralismo y arte urbano, y dejar atrás la mentalidad de que la ciudadanía solo está interesada en la recogida de la basura, deficiente sin excepción alguna.
El ciudadano de hoy, en un mundo abierto gracias al uso de la tecnología, sueña con ver acciones municipales que sean inclusivas, atractivas y que permitan emprender ideas exitosas entorno a las políticas públicas municipales planificadas y bien definidas.
Debemos apostar a que en corto tiempo, con bajo presupuestos, en alianzas con los sectores empresariales, cambiando vertederos improvisados por espacios vistosos e integrando a las comunidades, nuestros municipios podrán ir cambiando para bien.
Para esto, debemos ser exigentes con las autoridades locales y quienes buscan llegar a cargos electivos a futuro, las ciudades deben ir cambiando a la medida en que sus ciudadanos lo hacen en la apertura de conocimientos y de los accesos tecnológicos.
Apostemos al muralismo, al arte urbano, a las manifestaciones culturales locales, son herramientas expansivas para alcanzar ciudades amigables en todos los sentidos.