Hablemos hoy de la deshidratación

Hablemos hoy de la deshidratación

Doctora Wendy Saladín
Coordinadora de emergencia pediátrica HGPS
Normalmente, nuestro organismo se encarga de mantener el balance hídrico neutro, de modo que reemplaza la misma cantidad de agua que se pierde en la orina y sudor con líquidos a través de la ingesta de alimentos y al tomar agua, manteniendo el equilibrio. Cuando este balance se rompe, se produce la deshidratación.
La deshidratación ocurre cuando las pérdidas superan las demandas, es decir, que la cantidad de líquido expulsada del cuerpo es mayor que la ingresa. Esto puede suceder cuando un niño no bebe la cantidad suficiente de líquido o cuando pierde más líquido corporal que lo habitual.
Este desequilibrio provoca la deshidratación, un proceso que puede ocurrir lenta o rápidamente, según la manera en que se pierda el líquido y la edad del niño.
Los niños en sobre peso y los bebés tienen más probabilidades de deshidratarse porque su cuerpo es más pequeño y tiene menores reservas de líquidos. Los niños mayores y los adolescentes pueden resistir mejor los desequilibrios de líquidos.
Causas de deshidratación. Las causas más comunes de deshidratación en la edad pediátrica son:
-Escasa ingesta de líquidos durante una enfermedad.
-Pérdida de líquidos a causa de diarrea y/o vómitos.
– Aumento de pérdidas insensibles, como ocurre en la fiebre.
Signos y síntomas comunes de deshidratación. El niño puede presentar uno o más de los siguientes síntomas:
Intranquilidad, somnolencia, irritabilidad, piel fría o sudorosa, bajos niveles de energía, por lo que parece muy débil, ausencia de lágrimas al llorar, boca y/o lengua secas y pegajosas, ojos hundidos o fontanela (parte blanda de la cabeza del bebé) hundida, menores cantidades de orina de la usual, ausencia de orina durante entre 8 y 12 horas u orina de color oscuro, entre otras.
Diagnóstico. Para determinar la gravedad de la deshidratación, los profesionales de la salud utilizan la escala de deshidratación clínica que los padres deberían conocer para estimar el grado de deshidratación a la cual se le asigna un puntaje. A mayor puntuación, mayor es el estado de deshidratación.

Tratamiento  según el grado de deshidratación

El tratamiento de la deshidratación se basa en el grado de deshidratación en que se encuentre el niño.
Si no hay deshidratación (puntaje de 0 en la Escala de deshidratación clínica que aparece en el recuadro), continúe ofreciéndole líquido y una dieta apropiada a su edad.
Si su niño tiene vómitos o diarrea, adminístrele 10 ml/kg de solución oral de rehidratación por cada episodio de diarrea o vómitos. Continúe ofreciéndole a su niño cantidades pequeñas.

Si su pequeño tiene deshidratación leve, ofrézcale una solución oral de rehidratación para reemplazar el agua y las sales que ha perdido.
Las soluciones orales de rehidratación de venta en el mercado, como Pedialyte, Electrolite, entre otras marcas, contienen una cantidad equilibrada de agua, azúcares y sales que favorece la absorción del líquido.
Es mejor utilizar estos productos en lugar de agua sola o soluciones caseras, especialmente para los bebés y los niños pequeños.
Adminístrele 5 ml (1 cucharadita) cada 5 minutos y aumente la cantidad según la tolere hasta 30 ml (1 onza) cada 5 minutos. El objetivo debe ser de 25 ml a 50 ml por kilogramo de peso corporal en el transcurso de 1 a 2 horas. Esto significa que si su niño pesa 13 kg (29 libras), el objetivo sería administrarle un total de 325 ml a 650 ml (11 onzas a 22 onzas) de solución oral de rehidratación en el transcurso de 1 a 2 horas. Si su bebé es lactante, continúe alimentándolo con leche materna.
Si la deshidratación es de moderada a grave (puntaje de 5 a 8 en la Escala de deshidratación clínica), lleve al niño al médico de inmediato para que realice una evaluación y comience el tratamiento con hidratación oral y o endovenosa según considere el médico.

Beber mucho líquido, la mejor forma de prevención
La mejor forma de prevenir la deshidratación es asegurarse de que los niños beben abundante líquido cuando están enfermos o activos físicamente: deberían ingerir una mayor cantidad de líquido que la que pierden a través de los vómitos, la diarrea o el sudor.
Aquellos que participen en deportes o actividades físicas agotadoras deberían beber una cantidad de líquido adicional antes de iniciar la actividad.
También deberían beber a intervalos regulares (aproximadamente cada 20 minutos) mientras se prolongue la actividad y tras concluirla.
Su pediatra puede recomendar una solución de rehidratación comercial para ayudar a reemplazar la pérdida de sodio y potasio en un niño pequeño.
Estos vienen en forma de líquido y helado para que a los niños les parezca más agradable. También garantiza que los líquidos se tomen lentamente.
Los niños mayores pueden pedir bebidas deportivas comerciales, pero estas se deben usar con cuidado, pueden reemplazar las sales, pero también contienen grandes cantidades de azúcar, lo que puede empeorar la diarrea.
Un niño que desea un cambio del agua pura puede disfrutar tragos de jugo de fruta diluido mitad y mitad con agua o agua mineral.

 

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