MARIEN ARISTY CAPITÁN
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«Hablia», replica Pilar Marie cada vez que espera una respuesta ante alguna pregunta que, a causa de sus dos añitos y esa dicción que por momentos se torna ininteligible, no logramos descifrar.

Así, como mi sobrina, nos tocará hablarles a los tres candidatos presidenciales: pidiéndoles, o exigiéndoles más bien, que «hablien» y nos den las respuestas que queremos escuchar. Es decir, que nos digan qué pretenden hacer en caso de alcanzar el favor de los votantes.

No sé si es que, al igual que la pequeña, nosotros no somos capaces de expresarnos con claridad. Parecería que sí porque, a pesar de las mil veces que los distintos sectores de la sociedad lo han requerido, ninguno de ellos se ha dignado aún a ofrecernos lo único que queremos: su programa de gobierno.

En su lugar, como si fuera esto una guerra y no una campaña electoral, los partidos políticos se han empeñado en buscar la forma de desacreditarse uno a otro. Mientras lo hacen, nos obligan a pensar en que ninguno se merece que votemos por él.

Es realmente aterrador, si se parte de la forma en que se han vinculado a escándalos y prácticas poco éticas, pensar que nos jugamos el futuro jugando a una ruleta rusa. Porque, de ser cierto lo que dicen, ¿cómo saber cuál es el mejor o el menos malo de todos?

Yo quiero pensar, por mi tranquilidad mental, que todos mienten y que ninguno es tan malo como el otro dice. Por ello, sólo pido que «hablien» y me den una razón para confiar en que pueden hacerlo bien.