No es por nada, pero la oposición, que ha descubierto, aunque a destiempo, los encantos y beneficios de la unidad, tiene razón cuando argumenta que a estas alturas no debería estarse hablando de la necesidad de escoger árbitros imparciales, sin vínculos partidarios, para integrar la Junta Central Electoral (JCE). Pero a tal punto se ha impuesto la cultura del reparto que pareciera que es lo normal y conveniente, y que demandar otra cosa, como regresar a los fundamentos de la vida en democracia, resulta extemporáneo y, en el peor de los casos, pasado de moda. Y todo eso, a pesar de las malas experiencias que nos ha dejado esa repartidera, tan recientes como el pasado proceso electoral y el lamentable espectáculo ofrecido por un árbitro que no estuvo a la altura de las circunstancias precisamente por su parcialidad en favor del partido de gobierno. Desde luego, un sector del PLD, ensoberbecido por el poder, quiere seguir jugando con esas cartas porque se acostumbró a lo seguro aunque eso signifique hacer trampa, y ahí están como muestra las declaraciones del vocero de la bancada peledeísta en la Cámara Alta, Rubén Darío Cruz Ubiera, de que al PRM “se le peló el billete” en sus aspiraciones de que se escoja una JCE de consenso. Sería interesante saber qué piensan esos sectores luego de las declaraciones del ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo, quien opina que los miembros de ese organismo deben ser ”nuevas personas”, sin ataduras políticas ni cuestionamientos, mas que nada porque esa podría ser también la opinión del presidente Danilo Medina, que es a quien mas conviene una JCE integrada por árbitros imparciales, sin vínculos partidarios, para que el purgante de su reelección pueda bajar mas suave, sin molestos y dolorosos cólicos, en el 2020.