Hace 30 años inició la racha histórica de Cal Ripken Jr.

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REDACCIÓN EEUU (MLB.com).- Un partido en que alguien batea de 2-0 con una base por bolas y un ponche no llama mucho la atención.

Así le fue a Cal Ripken Jr. el 30 de mayo de 1982, año de novato del infielder. Ni Ripken ni nadie sabía que, empezando con esa derrota por 6-0 ante los Azulejos, el «Hombre de Hierro» pondría una nueva marca con 2,632 partidos jugados en forma consecutiva.

«Simple y llanamente hacía lo suyo, llegaba y hacía su trabajo», dijo el ex jardinero de los Orioles, Jeffrey Hammonds, quien jugó con Ripken de 1993 a 1998. «Fue algo grande, hasta la culminación de todo.»

El 6 de septiembre de 1995, Ripken rompió la marca de Lou Gehrig de 2,130 juegos consecutivos. En aquel encuentro, que ganó Baltimore por 4-2 sobre los Angelinos, Ripken disparó jonrón. Cuando el juego ya era oficial después de cuatro innings y medio, Ripken-motivado y animado por sus compañeros de equipo-dio una vuelta por el Oriole Park de Camden Yards, saludando a los fanáticos en primera fila.

«En realidad nunca pensé en la racha», dijo Ripken. «Nunca me permití pensar en la racha. Era bien sencillo: quería llegar al estadio, quería jugar y quería ayudar al equipo a ganar.»

En aquella derrota ante Toronto hace 30 años, Ripken fue titular en la tercera base. Pero el 19 veces convocado al Juego de Estrellas se pasó la mayor parte de su carrera en el campo corto, la posición considerada la más exigente del diamante, fuera de la receptoría.

«Hay tantas cositas que pueden pasar», dijo el ex torpedero y manager de Grandes Ligas, Larry Bowa. «Los corredores tratan de romper una doble-matanza, te dan en la rodilla o te dan con los clavos. Si recibes un pelotazo en la mano de lanzar, ya no puedes tirar.»

Ripken llegó a ser Novato del Año de la Liga Americana en ese 1982; al año siguiente fue Jugador Más Valioso del Joven Circuito y los Orioles ganaron la Serie Mundial. El Salón de la Fama volvería a ser JMV en 1991 y ganaría par de Guantes de Oro, además de sus 431 cuadrangulares, en una carrera de 21 años. Sin embargo, cuando se trata de Ripken, todo el mundo recuerda su increíble racha.

«Eso representa quién soy como pelotero», expresó Ripken, «y quién soy como compañero.»

Ripken optó por ponerle fin a la racha el 20 de septiembre de 1998. Al fin y al cabo, la leyenda de Baltimore insiste en hablar de manera humilde a la hora de describir su paso por las Grandes Ligas y sus 2,632 juegos consecutivos.

«El récord no era lo que me motivaba», manifestó. «Si realmente te pones a examinarlo, y sólo puedo hacerlo yo-otra persona que no lo haya hecho no puede identificarse con eso-no es tan extraordinario. No soy un súper humano, no soy el «Hombre de Hierro» como la gente me dice. Trabajo duro y trato de mantenerme en forma.

«Tengo mucho deseo y le tengo mucha pasión a lo que hago», continuó. «Hay muchos factores que van con jugar todos los días durante 17 años. Pero estoy aquí para decir que si puedo hacerlo yo, otro también puede.»

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