La Comisión Permanente de Efemérides Patrias (CPEP) recordó con una ceremonia solemne un acontecimiento clave en el devenir histórico del país, el 99 aniversario de la Desocupación Militar Norteamericana del 12 de julio de 1924, luego de un periodo antinacional que inició en 1916, con el cual se produce el restablecimiento de la independencia y soberanía nacional.
La ocupación puso a prueba el carácter del patriotismo desplegado y profundizado en una resistencia colectiva e individual que va desde la lucha armada como la gloriosa Batalla de la Barranquita, hasta la articulación de un movimiento nacionalista movilizado permanentemente en jornadas cívicas antimperialistas.
Juan Pablo Uribe, presidente de la CPEP, sugirió seguir luchando y trabajando sin cansancio, siempre atentos y vigilantes por la grandeza material, moral e institucional de la nación contra todo peligro abierto o encubierto en una coyuntura insular y global altamente compleja.
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El acto en el Panteón Nacional, inició con una caminata ceremonial hasta el Altar del Panteón, seguido del depósito de ofrenda floral, el ritual de la llama votiva y la entonación del Himno Nacional. Contó con la presencia de directivos de las fundaciones patrióticas y personalidades que recibieron la medalla Cacique Enriquillo, la misma es de emisión limitada y simboliza la construcción genealógica en el imaginario colectivo de la dominicanidad.
Uribe, exaltó el valor nacional de este hecho que marca la identidad y autodeterminación del pueblo dominicano.
Señaló que el 12 de julio se produce la segunda Restauración de la independencia de la República, después del Grito de Capotillo el 16 de Agosto de 1863, que es la primera Restauración, en una guerra nacional y popular contra la anexión al imperio español.
Precisó que la ley 50-63 declara como día especial de la nacionalidad esta fecha, que ha sido rescatada por la CPEP de un deliberado olvido, cuando RD es un pueblo que se distingue en América y el Caribe por sus glorias épicas ante fuerzas externas superiores, reafirmándola en un valor nacional e identitario.
Invitó a “defender sin fisuras, sin dobleces, sin partidarismos aberrantes el honor soberano de la nación, como nos alecciona, 99 años después, el 12 de julio de 1924, y seguir luchando y trabajando sin cansancio, atentos y vigilantes por la grandeza material, moral e institucional contra todo peligro abierto o encubierto en una coyuntura insular y global altamente compleja”.