“Haced lo que Él os diga”

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La exhortación de María: “Haced lo que Él os diga”, conserva un valor siempre actual para los cristianos de todos los tiempos, y está destinada a renovar su efecto maravilloso en la vida de cada uno.

POR LEONOR MARIA ASILIS E.
Estas son las palabras de María, la medianera de gracias. La recomendación de la Madre de Jesús en las Bodas de Canaán que hoy la iglesia medita. (Ver Jn 2,1-11). Ella, detallista de amor, intervino en las Bodas de Canaán para que Jesús produjera su primer milagro ante la escasez del vino.

Así es Ella. Detallista y diligente. Sabía quien podía resolver esta carestía. Acudió a la fuente que transforma la tristeza en alegría. Su Hijo.

Pidió y confió. Las escrituras recogen cortas palabras de su boca pero bastan y sobran por la profundidad de su enseñanza. Con estas, nos invitan a obedecerle y con los hechos constatados nos auguran éxitos si seguimos lo que Jesús nos dice. La exhortación de María: “Haced lo que Él os diga”, conserva un valor siempre actual para los cristianos de todos los tiempos, y está destinada a renovar su efecto maravilloso en la vida de cada uno. Invita a una confianza sin vacilaciones, sobre todo cuando no se entienden el sentido y la utilidad de lo que Cristo pide.

El episodio de las bodas de Canaán nos estimula a ser valientes en la fe y a experimentar en nuestra vida la verdad de las palabras del Evangelio: “Pedid y se os dará”

Precisamente, estas palabras puntualizan la dirección correcta para no dejarnos confundir en un mundo donde convergen tantos antivalores que amenazan con arrastrarnos y llevarnos a olvidar lo esencial, lo bueno y lo eterno.

Una vez más, observemos los frutos obtenidos de aquellos mozos que se llevaron de nuestra gran intercesora María e hicieron lo que Jesús les decía antes de producir el milagro del vino. Fue sencillamente una gran alegría.

Es que al beber el vino que Dios nos ofrece, nos encontramos alegres, no queriendo decir con esto que dicha alegría sea siempre fácil y que esté exenta de dolor y de lágrimas, pero es alegría. Repito, nos puede ocurrir que bebamos este vino de la voluntad de Dios bajo los golpes de las contradicciones y de la amargura, pero se siente alegría porque Dios es siempre alegría.
A nosotros nos basta creer, esperar y amar, y el milagro se realiza siempre. leonor.asilis@verizon.net.do

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