¿Hacemos el amor?

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¿Cómo sería el mundo si todos los seres humanos nacieran en familias donde lo que único que se transmitiera fuera AMOR?; como si la vida del niño estuviera en peligro si no lo recibe desde su nacimiento hasta su muerte, algo así como la leche, como el agua, como el aire; como si en las vacunas se les inyectaran dosis de AMOR, como si el solo intento de no recibir AMOR significara perder sangre o un ataque al corazón, por ahí anda la idea.

¿Cómo sería el mundo si nuestras niñas fueran criadas con la certeza de que su valor no reside en un hombre, o en un matrimonio?

¿Cómo sería el mundo si los hombres sólo pudieran ver el alma de la mujer, no su vagina? 

¿Cómo sería el mundo si las mujeres sólo pudieran ver el alma del hombre, no su arma, su poder, o su billetera?

¿Cómo sería el mundo si nuestros niños fueran criados con la certeza de que ellos son más que suficientes, que la vida es el viaje del aprendizaje, la diversión y la risa, la creatividad y el desarrollo de nuestra capacidad de amar, son las alas que nos hacen llegar más lejos?

¿Cómo sería el mundo si cada vez que tenemos un pensamiento negativo o tratamos de hacerle daño a otro ser humano, a otro ser vivo, el mundo se detuviera como una advertencia que indique: “Si en 30 segundos NO paras, tu mundo se autodestruirá”?

¿Cómo sería el mundo si lo único importante fuera recibir abrazos, besos, y todo lo demás realmente no importará?

¿Cómo sería el mundo si nuestro entendimiento y convivencia, nuestra conciencia  estuviera únicamente basada en el BIEN COMUN, en el bienestar de todos o ninguno, existieran leyes creadas por el hombre, o las leyes fueran dictadas por la misma naturaleza? ¿O de plano no necesitáramos ni leyes, ni cárceles para «reformar» a nadie?

¿Cómo sería el mundo si nadie se compara con nadie, comprendiendo realmente lo especial que somos cada uno, siendo únicos, existiría esa idea de “justicia” que todos buscamos? ¿Para qué necesitaríamos la Justicia? Existiría el Perdón en un mundo donde todos nos reconocemos como irrepetibles y celebramos nuestras diferencias, vemos nuestras diferencias como la fuente inagotable de la alegría. ¿Qué habría que perdonar, entonces?

¿Cómo sería el mundo si envejecer fuera como llegar a nuestra fiesta de 15 años, si todos quisiéramos ser viejos, porque el mundo sería de los viejitos, ser joven sería como un trámite para llegar a la parte más bella, y los jóvenes andarán como locos detrás de la sabiduría de los viejos, locos por llegar a los 80?

¿Cómo sería ese mundo donde son los viejitos los que se la pasan viajando, tirándose en paracaídas,  saliendo en comerciales de tv disfrutando la vida, donde los viejitos no conocen la soledad, porque todos queremos estar con ellos? ¿Qué tal si el Mundial de Futbol, las olimpíadas fuera de los viejitos, que tal si los anuncios en los periódicos solicitando personal fuera: “Buscamos Viejos entre 70 y 90 años”?. 

¿Cómo sería el mundo si la única religión fuera el AMOR hacia la vida, la nuestra y la de los demás, sin rituales, sin documentos, sin hostias, ni cláusulas, sin verdades, ni santos griales, sin burkas, sin el Corán, sin Torah, sin Biblias, sin crucifixiones, sin pecados ni originales, ni capitales, sencillamente AMAR cada día como si fuera el último?.

Nos cuesta hablar de AMOR, porque entendemos que es lo obvio, y en las familias cuando alguien habla de Amor, o tiene un gesto de amor hacia otra persona, es señalado como alguien débil, frágil, alguien que vive en la luna y algún familiar debe traerlo de vuelta a la “realidad”.

Es evidente que como humanidad, hemos obviado lo obvio, el AMOR. Porque si hay algo que necesitamos desesperadamente es pensar en el Amor, hablar de Amor, hacer el Amor, y no habló de esa agenda cliché: “no tengo nada que hacer hoy, déjame ver  a quien utilizo para mi propio placer sexual y le pongo de apellido: te amo”.

Hablo de encontrar lo mejor de nosotros y entregarlo cada día a aquellos que tenemos el privilegio de conocer y a los que no conocemos también, después de todo de que sirve la vida si no es para amar y ser amado. La vida es MUY aburrida si sólo hacemos de ella una “agenda” que sirva como maquina INFLAEGO.  Vivir es AMAR, AMAR es vivir.  Y AMAR es la mejor “agenda” para que la muerte nos sepa a gloria. ¡Namaste!

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