MÉXICO. La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska recibió este martes un sentido homenaje en el emblemático Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, donde estuvo acompañada de amigos y lectores, antes de recibir en España el Premio Cervantes, el mayor de las letras hispanas.

«Los premios a mi me hacen una enorme ilusión. Son un aliciente para seguir adelante, son un gusto», dijo a periodistas esta narradora de 81 años, que eligió un traje tradicional de huipil blanco para recibir la Medalla Bellas Artes, un premio que otorga este prestigioso instituto mexicano desde 1993.

Sin obviar que es de las pocas escritoras vivas de su generación, Poniatowska recordó que este premio tenía que haberle sido entregado el pasado 27 de enero, justo un día después de que muriera su amigo y poeta José Emilio Pacheco y a escasos diez días del fallecimiento del poeta argentino afincado en México Juan Gelman.

«Hemos tenido mala suerte últimamente», manifestó la escritora que, con ironía, reconoció que ahora que está «vieja» no le queda «más remedio que seguir adelante» escribiendo con tanto tesón como lo viene haciendo desde los años sesenta.

«Creo que escribir a veces es una chinga, es pesado», matizó sin embargo la autora de «La noche de Tlatelolco» (1971), que confesó que su falta de estudios y de metodología hace que todo le cueste «el doble».
«Cuando veo a veces a todo lo que sucede a fuera, (me pregunto) (…) ¿Por qué no estoy haciendo la vida de todos los demás en vez de estar aquí atornillada frente a una máquina de escribir?», bromeó ante las trescientas personas que la acompañaron en el acto, entre ellas el escritor Juan Villoro o intelectuales como Héctor Vasconcelos y Juan Ramón de la Fuente.