El bien común es una necesidad urgente para romper con los males sociales que nos dañan cada día.
Al igual que la honestidad, la vocación al servicio del bien común es un riesgo en República Dominicana que pone en peligro la existencia misma de quienes decidimos comprometernos a ello. Nuestro Estado está preñado de falsos profetas, de premios sin méritos y de violaciones constantes al derecho de las personas sin consecuencias a razón de la ausencia de justicia. Reinando la corrupción y la impunidad como único catalizador que moviliza la economía en lo público y lo privado.
«La justicia es la base de la democracia, todas las personas son iguales ante la ley» pero, este principio es ajeno a las autoridades dominicanas. «Cuando uno ama lo que hace, trabajar es un placer» Next U.
Amo ayudar al prójimo y es mi pasión trabajar a favor de la justicia y bien común sobre todas las cosas. Pero, hasta eso es difícil por no decir imposible en RD. Pues, por lo general quienes buscan trabajar por el lucro y acumular riquezas en todas sus formas usurpan el mérito de la cualidad de amar a tus semejantes, simulando y encubriendo que esa ambición desmedida en la búsqueda del bien individual, para ser un derecho legítimo, debe cumplir ciertas normativas y estar revestido de ética y el respeto de los derechos colectivos e individuales.
De la misma manera debemos cumplir esos principios éticos y morales los que nos dedicamos a trabajar sin fines de lucro, sobreponiendo el bien colectivo y la justicia social a nuestro bien particular, sacrificando el deseo por los placeres carnales hedonistas, que por lo general lo hacen sin importar el daño que hagan a otros.
Nos están robando todo, hasta el derecho de hacer el bien y lo peor es, que no reaccionamos. No permitamos que también se roben la fe, la esperanza y amor, ya que será nuestro fin, y no lograremos la calidad de vida con la felicidad plena.
Solo vendiendo el alma al diablo podemos tener el derecho de libre albedrío para trabajar a favor del bien colectivo y amor al prójimo con honestidad.
Y, parafraseando al Ché Guevara, debemos estar claro que así como “La revolución es algo que se lleva en el alma y no en la boca para vivir de ella. La vocación de servicio al público y el amor al prójimo, también se lleva en el alma y no en la boca ni en las escrituras ni en las poses simbólicas de acción actuada para sacar beneficios a la pobreza y a los más necesitados.”
Para reforzar me sumo a otros postulados de El Ché “No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante.” “Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.”
La siguiente cita está enfocada a la situación española, pero, también conecta con la realidad dominicana y aplica al mundo en general: “¿Te has preguntado alguna vez porqué nadie reacciona ante la infame oleada de opresión y abusos de todo tipo que estamos sufriendo?
¿No te produce perplejidad el hecho de que tras tantas y tantas revelaciones sobre casos de corrupción, injusticias, robos y burlas a la ley y a la población en general, a la cual se le ha robado literalmente el presente y el futuro, no suceda absolutamente nada?.
¿Te has preguntado porqué no estalla una Revolución masiva y por qué todo el mundo parece estar dormido o hipnotizado?
Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial. Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención.
El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA. Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia. Desvelar los más oscuros secretos y sacarlos a la luz ya no produce ningún efecto, ninguna respuesta por parte de la población.
Por más terribles e impactantes que sean los secretos revelados. Durante décadas hemos creído que los luchadores por la verdad, los informadores capaces de desvelar asuntos encubiertos o airear los trapos sucios, podían cambiar las cosas. Que podían alterar el devenir de la historia. De hecho, hemos crecido con el convencimiento de que conocer la verdad era crucial para crear un mundo mejor y más justo y que aquellos que luchaban por desvelarla eran el mayor enemigo de los poderosos y de los tiranos. Y quizás durante un tiempo ha sido así.
“Pero, actualmente, la “evolución” de la sociedad y sobretodo de la psicología de las masas nos ha llevado a un nuevo estado de cosas. Un estado mental de la población que no se habría atrevido a imaginar ni el más enajenado de los dictadores.
El sueño húmedo de todo tirano sobre la faz de la tierra: no tener que ocultar ni justificar nada ante su pueblo. Poder mostrar públicamente toda su corrupción, maldad y prepotencia sin tener que preocuparse de que ello produzca ningún tipo de respuesta entre aquellos a los que oprime. Ésta es la realidad del mundo en el que vivimos. Y si crees que esto es una exageración, observa a tu alrededor.” Artículo del Blog Gazzetta del Apocalipsis.