Hacer realidad los nuevos propósitos

Hacer realidad los nuevos propósitos<BR>

Cada inicio de año, es costumbre hacer planes, promesas y plantearnos buenos propósitos, con la intención de corregir determinados hábitos negativos o cambiar ciertas actitudes inadecuadas. Y, al mismo tiempo, diseñar nuevas estrategias o formas de responder ante las dificultades, contratiempos, adversidades, y emprender proyectos, asumir retos…

Pero la realidad es que tampoco es conveniente plantearnos grandes proyectos,  por la sencilla razón de que es muy fácil decir “voy hacer”, pero es muy difícil cumplir luego, porque la mente por medio de la imaginación siempre está muy dispuesta y se desborda sin sopesar las posibilidades reales de croncretizarlas, ya que éstas no dependen de la mente sino de la voluntad. Al definir nuestras metas y propósitos del año, es bueno detenerse y reflexionar que para tener mayor éxito y satisfacción en cumplir lo que nos proponemos debemos tener en cuenta, esas normas estipuladas por profesionales, de que nuestras metas sean:

Medibles: es decir, que podamos tener algún indicador de resultados. Esto implica ser más concretos acerca de lo que queremos y acompañar las metas con acciones.

Realistas: proponerse algo que podamos lograr mediante nuestras acciones. Trazarse metas que sólo quedarán en nuestra mente y que no podremos bajar a la realidad, puede llevar a la frustración. Adicionalmente, es conveniente establecer un número pequeño de metas y dirigir nuestros esfuerzos a ellas.

Claras y motivadoras: para ello es importante reflexionar acerca de lo que realmente queremos. Este puede ser uno de los puntos más difíciles, pues no siempre tenemos claro cuál es la dirección que deseamos tomar o adonde anhelamos llegar.

Planeadas estratégicamente: definir una manera de orientarse a resultados. Identificar fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. Planearlas mes a mes, determinar las tareas que se requieren e ir revisando cómo vamos cumpliendo nuestros objetivos.

Y teniendo estos factores en cuenta, creo que no hay nada más que se acerque a esta realidad, que el poner en la lista tener una mayor cultura financiera o ser un mejor ciudadano que cumple con sus impuestos, que paga por los servicios que consume tales como el agua o la luz, que transite de acuerdo a las  reglas de vialidad y no conduce en estado de ebriedad y que respeta la propiedad de su vecino como si fuera suya.

Sería un gran aporte a esta sociedad, el que todas  las personas nos tracemos entre los propósitos a cumplir durante el 2013 convertirnos en un mejor ser humano y cultivar más los valores, pues eso se reflejaría en un bienestar global.

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