Ya le quedan pocos días a este mes de octubre, fecha clave del año pre-electoral porque la Junta Central Electoral tiene plazos establecidos para las ofertas que presentan los partidos políticos.
En cuanto al escenario político, con vías a las elecciones del 2024, ya entramos en la recta final para la configuración del mapa electoral con las alianzas. Como siempre, el poder juega con los tiempos, porque al irse cerrando el abanico de posibilidades y el camino, cada vez se estrecha más, quedando con menos carriles alternativos que deja un espacio muy angosto que solo puede ser manejado por ciertas cúpulas de poder, algunas con gran capacidad conciliadora y otras con sorprendente energía para la constante necedad.
En todos estos meses, hemos observado que la “sensatez” tiene una cantidad, hasta inexplicable, de puntos de vista, provocando la dilación para establecer consensos en base a volver, una y otra vez, sobre temas que ya se entendían superados. El panorama ha generado mucha distracción gracias a una serie de figuras públicas que han puesto un marcado empeño en hacerse “virales” gracias a su técnica de ejercer la palabra siendo viscerales, incidentadores, desinformantes, presionadores, provocadores y generadores de ansiedades, estrés y desconfianza, para su satisfacción.
Quienes nos vemos en medio de esta complicada situación, ya sabemos o deberíamos aceptar (en caso de que exista alguien que no se ubique en su propia realidad) que nuestro aporte al debate ya caducó. La “democracia representativa”, que dicho sea de paso, debemos de observar que sigue aún dominada en su totalidad por hombres, tendrá en algún momento, palabras finales.
Esperaremos pues, que esa “representatividad”, es decir, el reflejo de un pensamiento del ideario de un colectivo, tenga resultados gratificantes, a pesar de lo difícil que resulta complacer a grandes masas.
El paso del tiempo, el cierre de brechas y la puesta de candados, nos regresa a esa sensación; como cuando preparas un evento con un año de antelación, y aún así, se quedaron elementos que no conseguiste a tiempo, sin embargo, ya todo termina reduciéndose a lo mejor posible.