Hacia la Asamblea Nacional Ambiental

Hacia la Asamblea Nacional Ambiental

Primero definamos lo que es una Asamblea. “Asamblea es la reunión numerosa de personas para discutir determinadas cuestiones y adoptar decisiones sobre ellas”. Orgánicamente Asamblea es el “órgano político constituido por numerosas personas que asumen total o parcialmente el poder legislativo”. Hay otras acepciones, pero para lo que nos concierne ahora esas dos nos bastan.

Desde hace dos años, durante la celebración del Día Mundial del Ambiente en el 2004 (Santo Domingo), y la celebración de ese Día en el 2005 (Santiago), se lanzó la propuesta de constituir la Asamblea Nacional Ambiental -ANA-, por varias razones que pueden resumirse en una: es necesario enfrentar los problemas ambientales como problemas nacionales que demandan de soluciones nacionales, no soluciones parciales ni promesas de solución, puesto que los problemas del ambiente afectan seriamente la economía del país en general y su avance hacia una mejor calidad de vida de todos los ciudadanos.

Atendiendo a esa razón se ha propuesto la realización de una Asamblea Ambiental donde participen representaciones ecologistas de cada una de las provincias de la República Dominicana. Mucho mejor si fueren representantes de cada uno de los pueblos y municipios del país.

Reunidos en Asamblea podremos decidir qué metodología vamos a utilizar para unificar los esfuerzos que se realizan de forma dispersa para la conservación de nuestros recursos naturales. Esto es, darle cohesión de fuerza nacional a las pequeñas fuerzas que luchan en cada provincia por alguna causa ecologista o ambiental. Pero la constitución de la Asamblea Nacional Ambiental tiene propósitos de más largo plazo y de mayor alcance. Estos son sus objetivos:

1. Coordinar con todas las organizaciones ambientalistas del país las actividades necesarias para velar por la protección de nuestros recursos naturales y el medioambiente.

2. Mantener un flujo de información entre todas las organizaciones ambientalistas del país, a fin de conocer la situación ambiental de cada una de las provincias, intercambiar experiencias y colaborar con la solución de los problemas que enfrentan esas organizaciones en sus respectivas zonas de trabajo.

3. Organizar cursos, entrenamientos, talleres, seminarios y otras actividades, para contribuir a la formación de activistas ambientales en todas las provincias del país.

4. Canalizar asesoría técnica y científica hacia las zonas que lo demanden, priorizando aquellos problemas ambientales de carácter nacional, pero sin descuidar los demás problemas locales que pudieren constituirse en problemas nacionales.

5. Orientar a la población en relación con la selección de sus autoridades, a fin de que sean escogidas personas realmente preocupadas por la situación nacional ambiental, económica y social de la población y el país.

La idea es que todas las provincias estén representadas, preferiblemente por una o varias organizaciones ecologistas y ambientalistas. Pero si no hubieren este tipo de organizaciones establecidas en cualquier provincia, entonces debe hacerse cargo de la representación alguna organización cultural, social o deportiva que quiera asumir esa representación porque entre sus razones está la protección del ambiente: de sus ríos, de sus bosques, de sus suelos, de su fauna, de sus cuevas, de sus playas, manglares, arrecifes de coral, etc. Y si no hay una organización que lo asuma, pero hay una persona que se siente comprometida con los objetivos indicados, entonces que venga esa persona y participe.


Una primera reunión el 24 de junio

Para el 24 de junio de este año, 2006, se ha convocado una primera reunión nacional para iniciar los pasos hacia la formación de la Asamblea Nacional Ambiental -ANA-. A esa reunión están invitadas desde ya -aunque no les haya llegado invitación formal- todas las organizaciones ecologistas, ambientalistas, culturales, deportivas y progresistas del país, esas que se sientan motivadas por el cuido del ambiente.

Esa primera reunión se realizará en la sede de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, que se encuentra en la calle Las Damas a esquina calle El Conde, en la Zona Colonial de Santo Domingo. La actividad comenzará a las 10:00 A.M.

Como toda actividad de esta naturaleza debe tener un aval serio, la reunión está siendo convocada por las siguientes personas, conocidos ambientalistas, científicos, investigadores, profesores y escritores: Yvonne Arias, bióloga del Grupo Jaragua; Eleuterio Martínez, ingeniero forestal y profesor de la UASD y miembro de los organismos ambientales de la Academia y la UASD; Iris Santos, activista ambiental y estudiante de Geografía; Luis Carvajal, fisiólogo vegetal, miembro de los organismos ambientales UASD/Academia de Ciencias; Roberto Sánchez, ingeniero agrónomo, profesor y asesor ambiental; Iko Abréu, arquitecto y activista ambiental; Felicita Heredia, bióloga, miembro de los organismos ambientales UASD/Academia de Ciencias; José Manuel Mateo, ingeniero agrónomo, miembro del Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias y activista ambiental; Kelvin Guerrero, biólogo, entomólogo y activista ambiental; Idelissa Bonelly, bióloga, exprofesora de la UASD, presidenta de Fundemar; y Domingo Abréu Collado, arqueólogo, espeleólogo, presidente del Espeleogrupo de Santo Domingo y activista ambiental.


Bahía de las Águilas en la UASD

El jueves 8 pasado se celebró en la biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo un “Panel sobre las Alternativas para el Desarrollo y Conservación de Bahía de las Águilas”. Este panel contó con las exposiciones de Altagracia Espinosa, directora de la Escuela de Biología; Max Puig, secretario de Medio Ambiente; Roberto Reyna, rector de la UASD; Juan Lladó, consultor Turístico; Francisco Geraldes, director de CIBIMA; Yolanda León, bióloga marina; Amparo Chantada, directora del Instituto de Urbanismo, y Nelson Ceballos, presidente de la Academia de Ciencias.

Con excepción del señor Juan Lladó, todos los expositores coincidieron en lo insensato de cualquier proyecto turístico que implique la construcción de hoteles o instalaciones físicas que conlleven alteraciones en la naturaleza de la Bahía de las Águilas, dada la fragilidad de ésta, muchas veces demostrada.

Sin embargo, aunque hubo suficiente material expuesto sobre Bahía, no se sacaron conclusiones, salvo las que se supone. Como tampoco se plantearon alternativas de uso de la Bahía y del  resto del Parque Jaragua, salvo también las que se supone: visitación en botes,  utilización de la playa como balneario de carga no masiva, acceso (preferiblemente) a pie, controles de visitación para evitar contaminación química y sólida.

No hubo en el panel una exposición sobre otros usos que puedan generar entradas económicas tanto para el Estado como para las comunidades.

Habiendo visto algunas experiencias de visitación a zonas protegidas en otros países nos atreveríamos a introducir algunas formas nuevas en la República Dominicana para una visitación controlada, no masiva y que no toque ninguna zona frágil. Uno de ellos es el sistema de “canopy” mediante la instalación de cables y plataformas desde la zona más alta del Parque (la carretera) hasta la zona de playa. Este es un sistema que permite recorrer zonas del Parque por el aire en grupos de dos a 4 personas, haciendo escalas en los puntos atractivos: sitios arqueológicos, zonas de anidamiento de iguanas,  áreas de congregación de aves, “fondos” de bosque alto, sitios de cuevas, hasta llegar a la playa, desde donde se trasladan los grupos por botes fuera del Parque. Hay muchos otros, pero no tengo más espacio.

 

La ecología y el ecologismo

La ecología es una ciencia biológica que estudia las relaciones entre los seres vivos y su ambiente. El término “ambiente” hace referencia a las condiciones físicas y biológicas del lugar donde se vive, que influyen directamente en la vida de los organismos. Por tanto, el objetivo que se proponen los ecólogos es investigar cómo se integran los seres vivos en sus ambientes, cómo los  modifican y cómo interactúa cada organismo con los demás. Se puede estudiar cómo es y qué hace un determinado individuo o un grupo de individuos, pero su vida real depende estrechamente del ambiente que lo rodea.

“La ecología es una ciencia del siglo XX que nació como una respuesta al progresivo y acelerado proceso de deterioro y desequilibrio medioambiental que padece la biosfera de nuestro planeta. En este sentido, cada día son más las personas que se sienten comprometidas con estos valores y que consideran la defensa del medio ambiente como un tema clave en los programas de desarrollo económico y social”.

Es decir, aunque la ecología sea una ciencia ha encontrado adeptos que no necesariamente son ecólogos o científicos, adeptos que día a día crecen vertiginosamente, por una razón: lo que está en juego actualmente es la salud del planeta, y con el planeta la salud de toda la humanidad. Pero no son solamente los ecólogos los que tienen el deber de diagnosticar el malestar del planeta y alertar a todos. Existe un deber planetario, social, exigir que los males que aquejan al planeta sean curados, extirpados, porque sus males afectan la salud de toda la humanidad.

Entonces, el ecologismo es eso, una corriente social mundial que demanda vivir en un planeta sano, en el que se conserven -como muestra de esa sanidad- todos los ríos, bosques y demás ecosistemas que garantizan la vida en el planeta. De manera que ser ecologista es sumarse a esa corriente, para lo que participan en varios tipos de actividades para mover conciencias en torno a la conservación de los recursos naturales y del ambiente.

La Asamblea Nacional Ambiental dinamizará la formación de activistas ecologistas en todo el país, de forma que vaya creciendo en toda la República Dominicana la conciencia y educación ambiental.

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