El desarrollo del país y específicamente la deuda social acumulada requieren de grandes recursos financieros, por lo que permanentemente se debe acudir a los mercados internacionales de capitales a buscar préstamos debido a que los ingresos internos no son suficientes para cumplir con esos requerimientos y, a la vez, con las demandas de los diferentes sectores.
Se requiere de un gobierno amplio, capaz de intervenir en las diversas áreas sociales, productivas e infraestructura en los diferentes niveles, pero para ello se requiere de la captación de recursos financieros suficientes para la inversión, para entonces dejar a un lado el endeudamiento para el desarrollo.
Para eso se debe contar con una reforma fiscal equitativa e integral que permita obtener los recursos financieros para financiar el desarrollo del país.
Sacar de la pobreza a más de 850 mil dominicanos, terminar de modernizar el sector agropecuario, la educación, la salud e impulsar las áreas productivas hacia la competitividad para la creación de fuentes de empleo de calidad, así como la infraestructura vial, sólo se puede alcanzar con recursos financieros suficientes.
La reforma tributaria debe provenir del pacto fiscal, contemplado en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo. Luego vendrán las reformas eléctrica y laboral.
Tenemos la certeza que a partir de agosto el Presidente Danilo Medina comenzará a impulsar las reformas, especialmente después de la firma del pacto fiscal.
Las sucesivas reformas tributarias no han abordado temas estructurales que se reflejen en la reducida base fiscal y en el sesgo hacia la tributación indirecta, aunque han incidido en el incremento de los ingresos al fisco en el corto plazo.