HACIA LO ALTO
El sepulcro vacío, Cristo resucitó

<STRONG>HACIA LO ALTO<BR></STRONG>El sepulcro vacío, Cristo resucitó

Hoy es la fiesta de las fiestas: la conmemoración del día más importante de la humanidad. El triunfo de la voluntad de Dios sobre un mundo caído.

 Fuimos creados por amor, y por amor restituidos.  La resurrección de Cristo es prueba contundente de nuestra salvación. En el Año Paulino, evocamos las palabras del Apóstol de los Gentiles. “Si no resucitó Cristo, es vacía nuestra predicación, y es vacía también vuestra fe (…) y vosotros estáis todavía en vuestros pecados” (1 Co 15, 14.17). San Pablo da a entender la importancia decisiva que atribuye a la resurrección de Jesús, pues en este acontecimiento está la solución del problema planteado por el drama de la cruz. Y es que, por sí sola la cruz no podría explicar la fe cristiana; más aún, sería una tragedia. En la resurrección de Cristo, Dios glorifica a su Hijo y lo coloca a su diestra y abre las puertas del Cielo para todos aquellos que crean en Él y le sigan tengan vida eterna.

Es impresionante aún en nuestros días ir al lugar donde crucificaron al Salvador y ver la tumba vacía de Jesús. Aquel quien es Camino, Verdad y Vida. Es un hecho comprobado. El sepulcro esta vacío.

Los cuatro evangelistas lo mencionan. Lo reconocieron incluso los soldados, los sacerdotes y las autoridades romanas.

Su Santidad Benedicto XVI nos exhorta a renovar constantemente nuestra adhesión a Cristo muerto y resucitado por nosotros: “su Pascua es también nuestra Pascua, porque en Cristo resucitado se nos da la certeza de nuestra resurrección. La noticia de su resurrección de entre los muertos no envejece y Jesús está siempre vivo; y también sigue vivo su Evangelio. Recuerda una cita de San Agustín: “La fe de los cristianos es la resurrección de Cristo” También hace esta magnifica referencia: ¿No es el encuentro con Jesús vivo el que ha convertido y fascinado a tantos hombres y mujeres, que desde los inicios del cristianismo siguen dejándolo todo para seguirlo y poniendo su vida al servicio del Evangelio? Vamos concluyendo esta corta reflexión avivando nuestra fe y estar de fiesta!

Es tiempo muy oportuno de decirle sí al Señor, agradecerle su gran amor dándole nuestro corazón.

El Jesús humillado y crucificado se encuentra glorificado a la derecha del Padre,  a  la espera de cada uno de nosotros para que aceptemos su amor y sacrificio y le entreguemos nuestras vidas. Otra bella frase de San Agustín respecto a nuestro Señor y Salvador Jesucristo:

“Se hizo por nosotros en el tiempo. Que gran misericordia,  la de nuestro Señor Jesús, el haberse hecho Él por nosotros en el tiempo.

Él, precisamente que hizo los tiempos. Aquel por quien fueron hechos todas las cosas.

Se hizo lo que Él hizo.

Se hizo Él lo que había hecho: se hizo hombre el que había hecho al hombre, para que no pereciese lo que había hecho”.

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