«Dios nos hizo para Él, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Él”.

El pasado 28 de agosto se celebró la fiesta de San Agustín, quien  fue un gran pecador que se convirtió al Señor llegando a la santidad, logrando ser un instrumento divino no sólo de su época y en Hipona (África),donde ejerció su ministerio de Obispo, sino en toda la Iglesia Universal y en tiempos posteriores, incluyendo  el que estamos viviendo.

Y es que, a pesar del tiempo que nos separa, aún su testimonio de vida y el legado de su pensamiento atraen almas para Cristo, que refuerzan en su camino a las que ya están en él.

Para dar una valoración de su actividad hay que tener en cuenta que Agustín fue  al mismo tiempo filósofo, teólogo, místico, poeta, orador, polemista, escritor y pastor.

Fue defensor de la verdad y pastor de las almas con un impresionante celo apostólico. Predicaba con frecuencia, a veces cinco días consecutivos, y de sus sermones emanaba tal espíritu de caridad que conquistó incontables corazones.

Escribió cartas que divulgaron sus soluciones a los problemas de la época por todo el mundo entonces conocido; dejó su espíritu impregnado en  concilios africanos a los que asistió, y por último, luchó infatigablemente contra todos los errores de su época. Errores que lamentablemente hoy aún existen en tantas personas.

Entendiendo que San Agustín aún tiene mucho que decir a la humanidad de nuestros días, recomendamos ampliamente su lectura. Cuando Agustín se convirtió al catolicismo escribió el libro “Confesiones”, que lo ha hecho famoso en todo el mundo, y está considerado como un best-seller.

También hemos navegado en la Internet y   hay mucho material de este santo escritor a la brevedad de un click.

De hecho, invitamos a los cibernautas que acceden a Facebook a un grupo que hemos creado difundiendo su lectura que se titula, “Lectores de San Agustín”, http://www.facebook.com/hme.php?#/group.

php?gid=49340944237, el cual tiene la particularidad de interactuar con los miembros sus impresiones y testimonio, e incluso a convocar a actividades de reflexión de sus escritos. Felicitamos de modo especial a la comunidad Agustina en todo el mundo, y en particular a la que ejerce su apostolado en nuestra República Dominicana,  exhortándoles a que sigan llevando la buena nueva de Jesucristo como hizo su fundador. Recordamos la admiración manifestada  de su Santidad Juan Pablo II cuando en ocasión del XVI centenario de la conversión de San Agustín (1986) publicó una extensa carta apostólica en que expresa también lo que Agustín tiene que decirnos a los hombres de hoy. También nuestro Papa actual,  su Santidad Benedicto XVI en el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en San Agustín”. Terminamos esta breve reseña, con otra de sus sabias citas “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”.